EL JARDÍN DE LA ABUELA

por Nidya Areli Díaz

A mis abuelas Mary y Tere

Abuela, vine a tu casa

para visitar tus plantas

y escuchar cuando adelantas

mis cuitas desde la plaza.

.

Siempre estuve enamorada

del color de tus geranios,

y añoro ya aquellos años

cuando viví en tu morada.

.

Yo disfruto embelesada

el candor de tus lilís,

y el aroma del veliz

con las fotos que aún guardas.

.

Me siguen causando gracia

las cactáceas que atesoras,

tu biznaga redentora

que sembramos en mi infancia,

.

los órganos y viejitos,

nopales con su nobleza,

plumas de Santa Teresa,

lunitas y barrilitos.

.

Abuela, cubren tus canas

el total de tu cabeza,

mas, recuerdo con presteza

las trenzas que te anudabas.

.

Entonces sí que eran negras

con sus moños muy bien puestos,

y pensaba que eran éstos

como tus plantas eternas.

.

Vengo, abuela, cuando puedo,

a ver tus enredaderas,

como tus brazos que hicieras

la cuna contra mis miedos.

.

También contemplo la higuera,

donde trepaba de niña,

ay, abuela, de tus riñas

no me olvidé donde fuera.

.

Tus rosas son las testigos

de tu entrega y entereza,

me llenaste de riquezas,

con cuentos, postres y abrigo.

.

Eres, abuela, la luna,

el sol, corazón de menta,

tornasoles suculentas,

la rueda de mi fortuna.

.

¿Te acuerdas, querida abuela,

que te traje mil amores,

unas veces como flores

al regreso de la escuela?

.

Yo rememoro tus chales

y mis naciente manías,

me cargabas todo el día

para ahuyentarme los males.

.

Y me has hecho tanta falta

conforme los años pasan,

pues si bien aún me abrazas,

el mundo me sobresalta.

.

¿Sabes de dónde sacaba

aquellas rosas de día?

Las robaba con maestría

de la casa de la aldaba.

.

Sí, abuela, yo fui ladrona,

pero me hacía muy feliz

ver en tu rostro el matiz

de tu alegría juguetona.

.

Abuela, tus margaritas,

gladiolas y siemprevivas,

me tienen bien redimidas

todas mis amargas cuitas.

.

Cuídame de malos hados

todavía por muchos años,

arrópame con tus paños

quédate, abuela, a mi lado.

.

IMAGEN AL EXTERIOR

Almendro en flor >> Óleo >> Vincent Van Gogh., Países Bajos, 30 de marzo de 1853 – Francia, 1890.

Nidya Areli Díaz (CDMX, 1983) es Escritora, Editora y Profesional del Fomento a la Lectura. Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM. Fundadora de la revista literaria Sombra del Aire, de la que ha fungido como Directora y Editora desde 2011. Docente y consultora en Lectura crítica, Escritura creativa y Literatura. Editora literaria en Ganthä entertainment, casa de creación de contenidos para cine y tv. Ha impartido conferencias y talleres de Literatura, Creación Literaria y Lectura Crítica para instancias como la Secretaría de Cultura de la CDMX, la Secretaría de Cultura del estado de Hidalgo, el IPN, y desde la plataforma de Sombra del Aire. Fue investigadora, correctora de estilo y lexicógrafa en la reedición del Diccionario de mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua. Obtuvo dos premios en Poesía por el IPN y uno en cuento por el Gobierno de la CDMX.

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2 comentarios

Liliana Fassi 05/08/2022 - 09:02

Me conmovió mucho “El jardín de la abuela”. Pude “ver” ese jardín tan colorido y, además, sentí una profunda nostalgia, ya que crecí sin abuelos. ¡Hermoso poema!

Nidya Areli Díaz 05/08/2022 - 11:52

Gracias, Liliana. Fíjate que yo crecí con todos mis abuelitos vivos. Pero ahora ya nada más me queda una. Es maravilloso haberlos tenido, pues cada uno me dejó un legado de momentos y sabiduría difíciles de poner en palabras; sin embargo, es inmensamente triste despedirse de ellos. ¡Saludos!

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