Por Vladimir Espinosa Román
Mi padre se transmuta en mi cuerpo,
en las edades que viven de mi tiempo;
sus ojos sin ser los míos son míos,
su alma sin ser mía es ya mía,
ayer donde mi madre me concebía.
Por Vladimir Espinosa Román
Mi padre se transmuta en mi cuerpo,
en las edades que viven de mi tiempo;
sus ojos sin ser los míos son míos,
su alma sin ser mía es ya mía,
ayer donde mi madre me concebía.