EL NIÑO EMBRUJADO II

De curaciones y curanderas

por Rocío Álvarez

Una madre desesperada llegó pidiéndole a la curandera un milagro que nadie había logrado, se aferraba a unos trapos que llevaba contra su pecho y las únicas palabras que repetía eran:

—¡Cúremelo! ¡cúremelo!

De los trapos sacó un pequeño bebé enclenque, casi en los huesos, que ya no hacía el mínimo ruido, simplemente se escuchaba un leve ronroneo en su pecho, del cual se iba escapando la vida. La curandera lo observó por un momento, los labios estaban secos, la piel gris y el cabello crespo. Se dirigió a la madre diciendo:

—Mujer, se fuerte, no puedo hacer mucho por este niño.

—Lo he llevado a los mejores doctores y nadie me ha dado esperanzas, tú no me puedes decir eso. Tú eres la única.

—Si tú lo apruebas, haré el último intento.

—Muerto está, haz lo que debas.

La curandera tomó a la criatura en sus brazos y empezó a sobar todas sus coyunturas, le rezó y le cantó en su lengua, lo arrulló y, por último, le dio a beber unos aceites, le preparo un té que le dio pacientemente a sorbitos. Él bebé entonces vomitó un chorro de baba que tenía la apariencia de una cebolla madura. El llanto del bebé no se hizo esperar, era tan fuerte y ensordecedor que llenó el cuarto de curaciones.

—Llévatelo, mujer, lo que sigue depende de ti, si se cura será por la gracia de Dios.

La curandera le dio instrucciones para que le continuara dando tecitos y pequeñas dosis de aceites. La mujer desapareció tras la cortina de la puerta. Meses después apareció, con un bebé rozagante y lleno de vida. Venía a agradecer y pagar el gran milagro que había hecho.

—No sé qué fue lo que hizo, pero mi bebé volvió a comer de mi pecho y a dormir sin dificultad.

—Yo no hice nada, mujer, todo fue por gracia de Dios.

—De todas maneras, quiero agradecerte y pagarte de alguna manera.

—No, mujer, verlo bien es mi pago. Sólo recuerda: la saliva de un bebé no se limpia, pues anuncia que los dientes pronto han de aparecer.

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La niña y el potro >> Técnica mixta >> Alias Torlonio

Rocío Álvarez Espinoza. Revolucionaria del alma y el corazón, ha enfocado su trabajo literario en la poesía, el cuento y relato corto. Nació un 20 de noviembre de 1983 en la Ciudad de México. Su formación académica comenzó en el IPN, donde estudio Ciencias de la Informática en UPIICSA. Posteriormente encontró su vocación en la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM.  Su búsqueda de la cultura la hizo ingresar en varios talleres literarios, entre ellos el del profesor Julián Castruita Morán.  Participó en el 2014 en el recital de poesía a lado del profesor Alejandro Arzate Galván, organizado por el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario. De 2006 al 2012 realizó trabajos como editora de la extinta revista literaria Nereidasnet. Actualmente participa en la revista Sombra del Aire.

http://nereidasnet.blogspot.com/

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