Por Alberto Navia
En el cementerio general de Sucre, población del departamento homónimo de la región de La Mojana en el norte de Colombia, existe una tumba de granito coronada por un ángel lloroso que muestra en su pedestal una placa metálica adornada con un marco de listones y flores y una Virgen del Carmen escoltada por dos ángeles en actitud de oración. En ella podemos claramente leer
Cayetano Gentile Chimento
« MARZO 2 DE 1927
V ENERO 22 DE 1951
RECUERDO DE SU MADRE Y HERMANOS
En 1940, con tan sólo 15 años de edad, Margarita Chica Salas, guapa joven sucreña de espesas cejas negras y grandes ojos oscuros había conseguido un puesto de maestra de español y matemáticas en El Chaparral, zona rural de Sucre. Ahí conoció a un estudiante de medicina de cabello lacio, ojos claros y cuerpo atlético que pasaba sus vacaciones escolares cuidando la finca de su familia, se llamaba Cayetano Gentile Chimento. El flechazo fue rotundo, los jóvenes comenzaron una apasionada relación romántica sin importarles que la sociedad en que vivían no miraba con buenos ojos los noviazgos que no concluían en matrimonio y, además, condenaba mortalmente las relaciones sexuales extramatrimoniales. Empero, la relación no duró mucho; Cayetano comienza una nueva relación con Nidia Nasser Scarpatti y Margarita conoce a un joven vendedor de seguros, Miguel Reyes Palencia, gallardo sucreño con quien formaliza su relación comprometiéndose en matrimonio.
Aquí la historia se niega a continuar por la ruta apacible puesto que la relación entre Miguel Reyes Palencia y Margarita Chica Salas no estaba soportada por el amor sino por el despecho. Ella continuaba dolida por el rompimiento con Cayetano Gentile y él había jurado casarse con la primera mujer que aceptara su propuesta matrimonial resentido del infausto final de la relación amorosa que había sostenido, desde los nueve años, con una prima suya, Nacha Velilla Palencia, y que había transcurrido idílicamente hasta que los enamorados decidieron formalizar su relación anunciando su matrimonio. Al enterarse los padres de Nacha, tíos de Miguel, se opusieron a tal noviazgo aduciendo que “los hijos de las relaciones entre primos salían degenerados”. Así que Miguel abandonó Sucre en busca de fortuna prometiendo a su enamorada regresar con una mejor posición para consumar su matrimonio. Tres años más tarde, con una economía desahogada y entusiasmado con el reencuentro con el amor suspendido, Miguel Reyes regresó a Sucre en busca de su amada sólo para encontrarla ya casada.
Así pues, a pesar de no haber amor entre los novios, la relación entre Miguel Reyes Palencia y Margarita Chica Salas se formalizó programándose la concurrente boda. Todo trascurre con alegre naturalidad hasta que llega el momento de consumar el matrimonio y Miguel descubre que Margarita ya no era virgen, una falta gravísima para la sociedad de aquellos entonces. Reyes Palencia rechaza a su recién esposa y la devuelve a la casa de sus padres “por rota” y ahí comienza la verdadera tragedia.
Existen varias versiones de lo ocurrido aquella infausta noche pero todas concuerdan en que la madre de Margarita, doña Hermelina Salas, llamó a los dos hermanos mayores, Víctor Manuel y José Joaquín Chica Salas, y entre los tres increparon a la joven para que declare quién ha sido el causante de su deshonra, y Margarita les da un nombre: Cayetano Gentile. Doña Hermelina reclama a los hijos lavar la honra de la hermana con sangre y ellos se aprestan para castigar al culpable. Pero están asustados e indecisos por el tremendo compromiso que les ha caído encima así que van pregonando por las calles de Sucre cuáles son sus intenciones con la esperanza de que alguien les impida consumarlas. Sorprendentemente nadie interfiere y los hermanos Chica Salas terminan asesinando a Cayetano Gentile Chimento de dieciocho puñaladas asestadas con cuchillos de destazar puercos el día 22 de enero de 1951.
Esta es la historia que Gabriel García Márquez usaría como inspiración para crear una de sus obras más laureadas: Crónica de una muerte anunciada, sorprendente obra literaria en donde se puede apreciar el perfil periodístico y el literario del escritor colombiano y que además contiene uno de los mejores y más insólitos inicios de novela alguna en nuestro idioma.
En esta historia se imbrica la vida de varias familias del Sucre de 1951 en donde todos se conocían o estaban emparentados, además los principales implicados en la trama (Cayetano Gentile, Margarita Chica, Miguel Reyes y el cronista que la cuenta) eran amigos. Ello explica por qué aquellos trágicos hechos se vieron reflejados en una novela editada treinta años después, en 1981. Doña Luisa Santiaga Márquez Iguarán, madre de nuestro entrañable Gabo, pidió a su hijo no publicar Crónica de una muerte anunciada hasta que Hermelina Salas madre de Margarita y Julieta Chimento madre de Cayetano hubieran fallecido.
Así pues, si aun no has leído esta sorprendente obra del Nobel colombiano o si ya la leíste pero no conocías los sucesos que le dieron origen es un buen momento para dejarte cautivar con la magia literaria de uno de los mejores exponentes de la literatura en lengua española. Salud y buena lectura.
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AQUÍ puedes descargar gratis Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Maáquez. ¡Felices lecturas!
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