Eres relámpago,
luz de lejos, que no de aquí.
Nos encontramos
o intersecamos.
Nuestro espacio era oscuridad,
pero tú brillabas.
.
Aquí permaneciste,
después del encuentro.
Por iluminarme creí,
y te retuve celoso,
calcinado en tu estruendo,
solicitando de tu brillo.
.
El mal de las vagarosas
es que al contenerse,
su poder se concentra.
Hiciste por pertenecer,
haciendo de tu fuerza
una ira iracunda.
.
No perteneces al desierto,
te debes a los días nublados.
Distiendes en un grito,
grito libre, engolado,
que tiende al trueno,
pero silencias por pertenecer.
.
Hasta aquel día de lluvia
que miraste al cielo
y te llenaste de gloria.
Recuerdo tu mirada,
flamígera y de misterio;
no quise interceder en tu ida.
–
Y te veo, ahora en instantes,
siendo tú misma,
siendo rayo de luz,
una fuerza distante,
que crepita al horizonte,
en un cielo al que perteneces.
.
Me encubro en la lluvia,
mis ojos la imitan.
Los llamados días tristes,
no lo son para mí.
Te veo ahora en plenitud,
siendo luz visible.
.
Siendo tú:
.
Relámpago repentino,
luz de lejos, que no de aquí.
Nos alejamos,
ahora temo cruzarte.
Mis ojos son la lluvia,
pero tú, tú brillas ahora libre.
.
IMAGEN AL EXTERIOR
Revelación o El relojero >> Remedios Varo (16 de diciembre de 1908, Anglés, España – 8 de octubre de 1963, Ciudad de México).
Héctor Vargas, Héctor Manuel Vargas Núñez nació en Benjamín Hill, Sonora, el 16 de julio de 1972. A la edad de cuatro años, después de desordenar los tipos de una regla de composición de una imprenta mecánica, fue llevado a Puerto Peñasco, Sonora. A los diecisiete años, en un viaje en un barco camaronero, después de un intenso día de labores, decidió por las letras que lo aproximaran a explicar lo que vivía. Escritor intuitivo, inició a colaborar, a finales de los noventa, en la sección de música de la revista Ahí Tv’s. Debido a la apertura que otorga internet fue publicado, a principios del dos mil, en la página Ficticia.com. En la actualidad colabora, desde septiembre del 2015, en la revista digital Sombra del Aire, con los seudónimos de Equum Domitor y Eleuterio Buenrostro.