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Por Vladimir Espinosa Román
Alma noble de mayúscula fachada,
me dejas recostarme en tu lirismo
de nostalgias que desatan
tu risa incomparable,
y con mirada palpitante
encontrarte en el aire
de una melodía luminosa.
Fémina de carnes etéreas
permíteme acercarme
a las notas musicales
de tu cuerpo incomparable
al tiempo que los bienes
de íntimos sabores
se abren en recuerdos
de súbitas deidades,
entre sueños consagrados
de festines en silencios.