Sombra Mínima-Marzo 2024

por Varios
¿Cómo saldremos de ésta?
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Zombis, mundo de zombis, cerebros y cuerpos que no nos pertenecen; son de los otros, de aquellos que nos engañan. Mueven nuestros hilos de títeres. El que alce la cabeza para pensar, enseñe otros mundos, veredas y otros universos, será decapitado; que sirva como ejemplo para los dormidos, bostezantes y vegetales. Esos malvivientes verdaderos. Éstos caminan muy despacio, robots que no conocen quiénes son; tres neuronas más inteligentes que ellos les ordenan que sigan el camino trillado, el que ha sido recorrido millones de veces por millones de zombis. Por eso dan por hecho que es el correcto, el único.

Alprazolam para dormir, Prozac para disfrutar la vida. ¡Zombis del mundo, desuníos! ¿No lo crees? Sí, a ti te hablo. Entonces, ¿por qué se te cae el celular al escusado cuando lo traes en la bolsa pegada a la nalga derecha, y estás seguro que lo habías dejado en el lavabo? ¿Ya te dañó para siempre el cerebro el 5G y las dieciocho horas diarias de celular o tableta a los que eres también adicto? Donde te dicen qué comer, cómo pensar, en cuál Dios creer, cómo triunfar sin saber el concepto, y destruir los derechos vitales de otros porque no tienes alma, o con tu garrero de carro.

¿Creíste que yo me libro de zombilandia? Estás en un error; lo que escribí me lo dictó la IA y soy el habitante 8,453,217,890. Género desconocido.

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María Estela Aguirre

Estado de México

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Dejo de ser una mujer
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Dejo de ser una mujer

cuando la tentación del poder

llega a la cima de la asexualidad.

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La avidez de pintar los paisajes todavía inexistentes

quita mi feminidad,

como si fuera un objeto de la colección,

una etiqueta con el nombre de la especie.

Mi nombre

permanece en la serie de los sonidos,

un símbolo de la identidad impuesta por todos los demás.

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Anna Banasiak

Zgierz, Polonia

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La llama de la palma
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La llama de la palma de mi mano

guiará la pluma que sin medida hablará

con dulzura de todo tu ser hermoso,

al final la ceniza quedará para renacer,

la llama resurgirá, y tal vez ya no hable de ti.

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Alejandra Díaz Márquez

Ciudad de México

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Pensando se fue el día
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Melancólica y silenciosa, regresó a casa con la ilusión de tener su aroma en la almohada. Pedro estaba ausente como los cantos del ruiseñor en la primavera. Los sueños de ver el sol en los senderos de migración no abrieron las puertas de su amor.

Pensando se fue el día, pero el pasado se esfumaba como el invierno de abril. Las margaritas cerraron sus pétalos y ella entendió que el camino continuaba sin él.

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Yessika María Rengifo Castillo

Bogotá, Colombia

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La tumba de Armadel
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En algún lugar hay una lápida sin tumba, cuyo epitafio reza lo que quien la lea deseé ver. Se dice que la dedicaron a un amanuense en anonimato, cuyo cuerpo nunca fue encontrado. Según lo he oído, todos en algún momento la ven, ya sea por casualidad o que la tumba les encuentre. Yo me encontré con ella tres veces. En la primera decía: “Aquí yace un amanuense”; en la segunda: “Si sabes quién descansa en este suelo, haz el favor de callar”; y en la tercera: “Aquí yacemos todos”. Sospecho encontrármela cuatro veces más, o hasta siete. Me aterra pensar en lo que pueda leer en las próximas ocasiones, pero lo acepto cada día más.

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Antonio A. Huelgas

Michoacán, México

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Consenso

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Se optó por la incineración. Se cumplimentaron todos los pasos. Nada quedó librado al azar y, finalmente, recogimos la ceniza correspondiente. ¡Todo se reduce a tan poco!

Oportunamente, nos vino bien para el carnaval.

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Ricardo Bugarín

Mendoza, Argentina

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IMAGEN AL EXTERIOR

Mujer leyendo >> Fernando Botero., 19 de abril de 1932, Medellín, Colombia.

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