¡Ahí te quedaste!
No vas a migrar.
Nadie te va a escuchar.
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¡Sólo yo!
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Sólo mi alma y mi ser
son tu universo.
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¡Eres mi prisionero!
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Soy tu recinto,
eres mi secreto.
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Tú me conoces
y yo te observo.
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¡Te siento!
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El calor de tu piel no cesa
y me quemo.
¡Ardo en tus brasas!
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La tortura nos funde en un vaivén eterno.
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Nadie se entera.
Nadie te escucha.
Nadie percata mis desacuerdos.
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¡Eres mi yo!
¡Soy tu veneno!
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Envuelto en mi piel
no hay tregua ni gloria.
¡No hay sufrimiento!
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El dolor del gozo nos une
en un claroscuro de bordes etéreos.
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¡La pasión desborda!
¡La razón sobra!
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Quebrantas mis huesos
se pierden las sombras
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En el firmamento de noches opacas
vislumbro luceros
la luz del amor
renace desde mi centro
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Sin sonido…ni movimiento
¡Sólo existo este momento!
¡Un instante que vibra!
El más bello sendero.
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El soplo de vida
¡Renazco!
¡Vivo!
¡Muero!
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IMAGEN AL EXTERIOR
Las meninas >> Diego Velazquez., España, 1599-1660.
Manny Martínez-Torres. Año 1977, día 6, con el clima divertido y los aires que en febrero visitan la ciudad de León, Guanajuato en el centro de México, llegó a ocupar el cuarto sitio como hija de una familia de ocho hermanos. Ascendencia de arraigo desde 1700, Padres tejidos a la antigua con espíritu de progreso, la guiaron por un camino independiente.
Desde muy pequeña su gusto por socializar, la llevó a ser una niña versátil, noble y adaptable. Comenzó a plasmar sus sentimientos en papel desde su adolescencia, sin embargo, guardaba para sí un torrente de sensibilidad.
Impulsada por diferentes maestros de vida, fue tomando valor para mostrar al mundo sus escritos. Finalmente, se permitió compartirlos, gracias a un tutor literario que se convirtió en inspiración y empuje para dar a conocer hoy día, la tinta de su corazón.