Mi cielo se deshiela
terrones de cacao y sal con desvarío
llegaron a lo profundo
un monosílabo apagó la cordura.
.
Confirmación de nuevo universo
brote de otra realidad.
.
¡Shh!
Imploré el retorno del tigre
intenté despertar de la envoltura onírica
interrumpiste mis deseos
inhalé la dicotomía.
.
¡Shhh!
Reiteré tu olor muy cerca
mezcla de kiwi y lo que no volverá
sabor de sonrisas con amaranto
agua salina que impregnó mi gusto.
.
¡Shhhh!
Con jaculatoria elevada llegó el aire
hinchados asteroides
expulsaron de la entraña una gota de aflicción
párpados de carey que rebuscan
y sólo escuchaste mi susurro.
.
¡shhhhhh!
***
Imagen al exterior
Mujer en la playa >> Óleo >> Guennadi Ulibin
Manny Martínez-Torres. Año 1977, día 6, con el clima divertido y los aires que en febrero visitan la ciudad de León, Guanajuato en el centro de México, llegó a ocupar el cuarto sitio como hija de una familia de ocho hermanos. Ascendencia de arraigo desde 1700, Padres tejidos a la antigua con espíritu de progreso, la guiaron por un camino independiente. Desde muy pequeña su gusto por socializar, la llevó a ser una niña versátil, noble y adaptable. Comenzó a plasmar sus sentimientos en papel desde su adolescencia, sin embargo, guardaba para sí un torrente de sensibilidad. Impulsada por diferentes maestros de vida, fue tomando valor para mostrar al mundo sus escritos. Finalmente, se permitió compartirlos, gracias a un tutor literario que se convirtió en inspiración y empuje para dar a conocer hoy día, la tinta de su corazón.

