MAR

por Roberto Marav

Por Roberto Marav

Mar, no me lleves,
no me arrastres al incontenible silencio.

No me hundas en la oscuridad del abismo.

Confórmate con el aquileo anclaje de mi desnudez endeble
sobre tu lengua de espuma.

No devores mi cercanía, no me tientes;
posterga tu insaciable vorágine de sacrificios.

No recorras el arranque de mis raíces.

Que tu gracia acaricie mi recostado cuerpo
sobre tu firme mansedumbre y ungirme en el elemento que conforma esta orilla,
beber de su húmedo maná, alimentarme de su boca.

No me nombres aún, no me tragues.

Desenvuelve mis muslos, devuélvete a las profundidades.
Satisface tu ansia de respirarnos a lo lejos
y enciende tu mirada deshaciéndome en su sexo.

Consumado, pasarán las nubes sin que alteren mi pensamiento
porque el fuego es perene en la lucidez de tu flama
aunque se inflamen los cielos sobre nuestros besos horadados
que al fin irán a desembocar en tu dentellada impaciencia.

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