ENTRE LA RECOPILACIÓN Y LA HISTORIA
Por Armando Escandón Muñoz
“Antes que nada, soy un lector…”
DONATO CORDERO VÁZQUEZ
La colectividad guarda en sus historias parte de su esencia. En su momento, Jacobo y Wilheim Grimm recogieron de boca de los ancianos alemanes los cuentos que, a su vez, a ellos les contaron en su infancia —la primera edición de Kinder und Hausmärchen (Cuentos para niños y padres) se remonta a 1812-1815—. Así fue como quedaron registrados diversos cuentos que han llegado hasta nosotros: “Blanca Nieves”, “Hänsel y Gretel”, “El gato con botas”, entre muchos otros, que en la actualidad están inscritos en el Programa “Memorias del mundo”, a cargo de la UNESCO.
Las leyendas, como los cuentos, son un reflejo de la sociedad donde nacieron. Donato Cordero Vázquez enmarca así este concepto:[i]
Las leyendas son solamente un renglón en la historia, un rincón misterioso para recrear la imaginación, ambientado con la voz cansada de los abuelos, con los recuerdos añejos que vinieron a su memoria para llevar de la mano como un niño al hombre y hacerlo recorrer mundos y ambientes insospechados. […] Las leyendas son historias que nacieron de las creencias de nuestros ancestros […] y se tejieron con el misterio, la magia, el miedo, la angustia y el cansancio, el hambre, la psicosis, la bohemia o la poesía. […] Nadie cree en las leyendas, pero todos quieren escucharlas. Aún negándose a creer, recorren ansiosamente y con temeroso deleite el mundo de la imaginación. Los creadores de leyendas están al nivel de un dios creador, nacieron con ojos especiales, con oídos especiales y con una mente creadora para fundar el mundo de lo inverosímil. ¡Los demás, obligadamente necesitan ver para creer! Y alivian su falta de imaginación […] declarando locos y mentirosos a los cuenteros.[ii]
En este campo, en el de las leyendas —y una filiación personal por Cholula, Puebla—, fue como conocí el trabajo de Donato Cordero Vázquez. Inicialmente leí la historia del “Diablo de San Miguelito”, protagonizada por una imagen del demonio, a quien las personas comenzaron a rezarle más que al mismo San Miguel Arcángel, santo patrón de Puebla, y que provocaba una gran suerte de desaguisados, hasta que decidieron retirarlo del altar de la iglesia.[iii]
Tras mayor conocimiento de su obra y el respectivo contacto, el maestro Cordero tuvo a bien concederme una entrevista, misma que se desarrolló en la terraza del Museo Amparo, en la Angelópolis.
¿Quién es Donato Cordero?
Antes que nada, soy un lector, un lector amante de toda la tradición poblana. Creo que si alguien me tiene que conocer es por eso. Algunos me tildan de historiador, otros de “chismoso” por lo de las leyendas. En verdad, yo soy un simple lector, un recopilador de lo que es la tradición poblana. Eso es lo que me ha colocado en este camino. En lo profesional soy profesor de secundaria, esa es la razón que me ha llevado a promover y desarrollar la lectura, mediante programas y proyectos. Posteriormente, me desempeñé como guía de turistas, dicha actividad también tiene como base la lectura, pues debemos entretener a nuestros turistas, informarlos, y, de ser posible, educarlos en la historia y el arte, de la tradición poblana, en este caso, y para eso hay que leer bastante.
Con respecto a lo académico, estudié en la Facultad de Ciencias de la Comunicación en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Asimismo, tuve la oportunidad de tomar un diplomado de historia y tengo una maestría en Investigación Educativa. Todo esto se enlazó para permitirme un desarrollo adecuado en el campo de la divulgación del arte y la cultura.
¿Cómo inició su actividad como recopilador?
Principalmente, leyendo, leyendo encuentra uno bastante. A veces nuestros propios turistas son quienes exigen saber, conocer; ellos mismos comparten historias y, a la vez, nos ponen en la línea de seguir acopiando información. Las historias suelen llevarte a realizar trabajo de campo, a recopilar en las comunidades de modo directo, con las personas. Para corroborar las narraciones que nos cuenta el pueblo, es necesario acudir a los lugares de origen y comprobarlas, mediante entrevistas con varias personas, realizar la compilación de las leyendas de la forma más fidedigna posible, capturarlas y compartirlas.
¿Por qué considera importante recoger leyendas?
El trabajo de guía de turistas exige que la atención al público sea lo más amena posible y que la historia no se centre sólo en datos duros. La cultura debe ser un acto de gozo. Además, por ahí decían que: “Un pueblo sin leyendas, es un pueblo sin historia, sin la sal y la pimienta del pasado”. Precisamente, mi tesis de la licenciatura de Ciencias de la Comunicación se centró en el rescate de la identidad y la tradición de la ciudad de Puebla.
¿Cómo elige el material? ¿Cómo se va definiendo la identidad mediante las leyendas?
Se va dando, en la lectura, en la convivencia con la gente, en el acercamiento con los pueblos. Ahora, por ejemplo, estoy tras el origen de una de las tradiciones de San Nicolás de los Ranchos. Es una práctica que se lleva a cabo en el carnaval, no está establecida como un rito muy severo, muy estricto, pero sí como una muestra de la tradición. Es el “Carnaval de los pintados”, también se le llama de los “Chinacates”. Últimamente he estado en la comunidad de San Nicolás, platicando con la gente que participa y tratando de encontrar los orígenes de esta costumbre. Vale mucho la pena su rescate, es un tamiz de nuestras tradiciones, en ella se conjugan parte de nuestra cosmogonía, la identidad de los pueblos, la religión. El “Carnaval de los pintados” tiene un vínculo directo con la petición del agua, con los cultos agrícolas de la zona.
Además de la leyenda de la China poblana, ¿qué otras piezas considera representativas de Puebla?
Esa información la puedes encontrar en un folleto que investigué, escribí y edité, llamado Leyendas Clásicas de Puebla, donde se concentra lo más importante de la ciudad; los símbolos identitarios como la China Poblana —que ya mencionaste—; también están los camotes; la Campana María; la misma fundación de Puebla; el mole; los chiles en nogada… Todos esos son signos de identidad poblana, pero muchos de ellos también ya son nacionales.
¿Ha encontrado quién edite sus materiales o se ha autoeditado? ¿Cómo es ese proceso de pasar de la investigación a la divulgación de la leyenda?
En mis inicios recibí apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), mediante un programa que se llama PACMYC (Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias). Recibí ese patrocinio con el aval del municipio de San Pedro Cholula, quien fungió como mi garante. Con ello se desarrolló la edición de cinco folletos, muchos les llaman libritos, otros les llaman libros. Ellos fueron quienes me dieron el primer apoyo para editar. Desgraciadamente, la falta de recursos ha hecho que no pudieran continuar. Las ediciones posteriores son fruto de mi esfuerzo y capital. Estoy en eso, tratando de difundir. Lo que me motiva es el desarrollo de la lectura con los jóvenes, como ya había comentado, yo trabajo en una secundaria y el proyecto que presenté al PACMYC era la difusión de la identidad poblana y la promoción de la lectura. En un inicio, el compromiso era dotar a todas las escuelas telesecundarias de la zona 034 con el material de leyendas de la región de Cholula como el título de Leyendas de Cholula y Cholula, Mítica y Legendaria —en ese momento el maestro Donato señala el impreso en cuestión—, para que los jóvenes supieran un poco más de su cultura, aprendieran a valorarla y pudieran leer algo no tan técnico ni científico; una lectura más accesible, más amena, divertida y sana.
¿Cuál es alguna de sus leyendas favoritas?
Todas. Desde el momento en que se eligen para editarse, poseen algo que nos asombra; y no hay preferencia, todas tienen algo, una etapa histórica, un vínculo con el pasado. La verdad es que a mí no me gustaría que me tildaran como un recopilador solamente, sino como un historiador y por ello estoy realizando el esfuerzo para darle valor a la tradición oral. Aquí está mi trabajo, se los obsequio —acto seguido Donato nos regaló el libro titulado Curiosidades de la Chinaca, la Reforma y el Imperio—. Es una recopilación histórica que llevé a cabo para el CL aniversario de La Batalla del 5 de Mayo, invertí diez años de labor en él. Yo fui guía del Fuerte de Loreto y con el fin de prepararme mejor, me puse a investigar y de ahí nació este libro. Así, no quisiera que se me etiquetara sólo de “leyendero”, sino que se valore también mi trabajo como historiador. Además, intento que se le dé el crédito adecuado a la leyenda, porque tiene bastante que ver con la historia, es un pequeño reducto que nos lleva a entender muchas cosas. Yo llamé a la leyenda, en una de las introducciones de los folletos: “La historia apócrifa de los pueblos, de las ciudades. Lo que el pueblo cuenta, lo que ha visto, lo que ha vivido, lo que ha guardado en sus memorias y comparte mediante la oralidad”.
Puebla comparte un vínculo importante con lo mítico y lo religioso, ¿qué nos puede decir de eso?
Basta con darse una vuelta por los barrios, desde ahí viene la tradición, desde el origen de esos espacios. La fundación de la antigua Puebla tuvo como base dar cabida a toda la gente que no alcanzó encomiendas, así como la convivencia de los indígenas que vinieron de Huejotzingo, Calpan, Cholula, incluso de la mixteca cercana a Oaxaca en este período se dio un mestizaje riquísimo en mitos y leyendas, donde la religión tiene un lugar central.
Actualmente, Cholula está sufriendo muchos cambios, ¿qué opina de esa modernización?
Con el debido respeto a nuestra cultura, región, tradiciones y elementos arqueológicos, podrían llevarse a cabo diversas acciones, pero nuestro tesoro cultural debe tener un lugar preponderante e inamovible. Desgraciadamente, cuando aparece sólo el interés de ganar dinero, se pierden las dimensiones, destaca más lo comercial y mengua la esencia de los lugares. Ojalá que esta renovación sí tenga fines culturales y no sólo monetarios.
La iglesia de los Remedios —ubicada en Cholula, Puebla, en el cerro conocido como Tlachihualtépetl, “Cerro hecho a mano”, traducido del náhuatl— es un lugar sagrado, resulta importante tanto en el pasado prehispánico, como en el colonial y en el presente. ¿Qué nos puede decir de la relevancia de este espacio?
Si se respetaran de manera acendrada nuestras raíces, de un pincelazo habría quienes borrarían todo lo español, pero lo hispánico ya forma parte importante de nuestra tradición. El culto a la Virgen de los Remedios es enorme, tiene un gran arraigo y se dio a partir de la llegada de los españoles. Bien sabemos que el verdadero templo de esta virgen se encuentra en Naucalpan, Estado de México. Pero aquí también enraizó. El sincretismo entre la cultura hispana y la de los pueblos indígenas dio origen a la sustitución de los dioses prehispánicos por dioses europeos. Con ello se siguieron difundiendo las tradiciones del pedimento de agua. Por ejemplo, en el caso de los diez barrios de Cholula, se sigue llevando a cabo y cada vez es más fuerte esa tradición. Nadie se olvida de este culto, porque está ligado de modo directo con la producción en el campo. Eso es lo que lleva a las comunidades a seguir bajando a la Virgencita de los Remedios, como si lo hicieran con las deidades prehispánicas para la petición del agua.
En el mismo tenor, ¿qué relevancia tiene Santa María Tonanzintla? —que Manuel González Galván llamó “[…] monumento a la ternura. Ternura que arranca desde la raíz indígena de su nombre Tonantzin —nuestra madrecita— y –tlan, locativo. Tonanzintla es, pues ‘el lugar de nuestra madrecita’” —.
La tradición es igual de fuerte. Ambas se conjugan. La madre de los Remedios es la diosa del agua, mientras que la Madre Tonantzin representa la fecundidad. Las dos tienen como origen el pasado prehispánico. Se habla de que en todos los templos que actualmente están en Cholula, hubo un altar dedicado a alguna deidad prehispánica. Habría que profundizar en la historia, excavar como lo hacen los arqueólogos en los estratos, pero desgraciadamente ya no es posible hacerlo en las mentes de nuestros abuelos, pues poco a poco han ido muriendo, y con ellos los recuerdos y la historia. Resulta muy complicado encontrar el génesis de esta tradición tan interesante, aunque está ligada al respeto por la tierra y el agua. Creo que eso es lo que mueve a los cholultecas a defender sus raíces, su origen, a no abandonar el agradecimiento a los elementos naturales. Todavía hay danzantes que suben a hacer los rituales en la pirámide de Cholula. A penas el 20 de diciembre se celebró el nacimiento de Huitzilopochtli, en Cholula, en el Cerro de los Remedios. Hay danzantes que antes de adorar a un dios europeo, traído por los españoles, reconocen a un dios de nuestra tierra, surgido del pasado prehispánico y que coincide con el nacimiento de Jesús. Así, nuevamente, estamos ante el fenómeno del sincretismo cultural, de la convivencia de las dos tradiciones.
¿En qué proyecto trabaja ahora?
Estoy investigando una tradición que se celebra en día de muertos, es una danza de Tonanzintla llamada “La Danza de la Maringuillas”, donde se representa teatralmente una boda especial: el primer casamiento prehispánico de toda la Nueva España, acontecido en Huejotzingo. Aunque se ejecuta acorde con una fiesta precortesina, nombrada Ochpaniztli “barrida”. Así, el tres de noviembre, mientras bailan, “barren” por las calles de Santa María Tonanzintla las almitas que se hubieran quedado dispersas en el festejo de día de muertos. La danza concluye a las nueve de la noche y termina en el panteón, donde dejan a todas las almitas para que no se queden aquí, penando, en esta dimensión; dan las gracias y hasta el otro año se vuelve a realizar. Hay una tradición similar, pero que llevan a cabo en las comunidades de San Bernabé Temoxtitla, Santa Clara Ocoyucan y Chalchihuapan, que se llama “La danza de los Tonchis Negros” y también tiene sus orígenes en la fecha de muertos, pero con el sincretismo religioso se incorporaron las figuras de los charros, quienes dicen que reciben de premio del patrón, o del hacendado, un toro y con él hacen una fiesta, junto con los peones de la región para destazar ese animalito y repartirlo de manera muy “singular”. Al mismo tiempo que entonan una cancioncita muy curiosa, cortan cada parte del torito y lo entregan a quienes ellos quieren. Esa tradición recientemente la vi en Internet, ya la llevaron nuestros paisanos, los migrantes, a varias regiones, a varias comunidades de Estados Unidos, ya se está bailando por allá. Estamos difundiendo las tradiciones, promoviendo nuestra cultura cada vez más. La gente de allá la toma como algo antropológico muy importante, ha llamando mucho la atención de los investigadores. En la actualidad, varias de nuestras expresiones se están exportando: los tamales, las danzas, las costumbres…
¿Algo más que nos quisiera platicar?
Les agradezco el que me hayan permitido expresarme por este medio. Mientras me quede energía, seguiré trabajando. Hay mucho que hacer en nuestra patria chica que es Puebla, me interesa al menos publicar una leyenda por cada municipio de los 217 que tenemos, llevo 165 leyendas editadas. Ese es mi acervo actual. Hay que seguir viajando a las comunidades con el fin de rescatar algunas historias más.
¿Dónde se pueden conseguir sus materiales?
En los puestos de revistas del Centro de Puebla. Tenemos aquí un lugar llamado el Consejo de la Crónica; ahí también se pueden encontrar.
Obras consultadas
Cordero Vázquez, Donato. Cholula mítica y legendaria. Leyendas de Cholula. México: el autor, 2009.
Cordero Vázquez, Donato. Puebla a través de sus leyendas, vol. III. México: el autor, 2015.
Manuel González Galván. “Tonantzin coronada en el Tlalocan”, en Juan Glockner, compilador, Mirando el paraíso. México: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla-Dirección General de Innovación Educativa, Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla, 1999, pp. 65-86.
[i] La entrevista se efectuó el 26 de diciembre de 2015.
[ii] Donato Cordero. Puebla a través de sus leyendas, vol. III. México: el autor, 2015, p. 1.
[iii] Véase Donato Cordero Vázquez. Cholula mítica y legendaria. Leyendas de Cholula. México: el autor, 2009, pp. 29-31.