AYERES

por Iván Dompablo R.

Por Iván Dompablo

.

Hay una tumba sin tu nombre,

abandonada al paso de las nubes,

donde mi memoria guarda tus huesos,

semillas de la infancia.

Jardín del duraznero y el granado

cuyos frutos ácidos solazaban

las horas infinitas de los días.

.

Hay un día, apartado y preciso,

en que conocí todo el dolor que trae la muerte.

Inauguración de adioses,

de murmullos nocturnos en familia

a la espera de un alivio que no llega.

Ecos de luz en los espejos vacíos,

orfandad de pasos y silencios

enclaustrados en las habitaciones.

.

Irrecuperables historias

de días calurosos, azules ríos,

papalotes de manta, peces anaranjados

e inmensidad de trenes.

Promesas ahora imposibles

que mi atardecer aún ansía.

TE PUEDE INTERESAR

Dejar un comentario