Por Armando Escandón
Hace unos días tuve la oportunidad de leer La gloria y el ensueño que forjó una Patria 3. 1864-1867. La caída del Imperio, de Paco Ignacio Taibo II. El texto tiene notas certeras, pero en su mayoría sigue la cronología oficialista de la historia liberal, con lo que, en todo caso, se cae en escribir por escribir, ya que no aporta mayor cuestión, pues en ese sentido muy pocos materiales pueden superar el tomo de México a través de los siglos, dedicado a la Reforma –y que se extiende hasta un poco más allá del fusilamiento de Maximiliano, Miguel Miramón y Tomás Mejía–, escrito por José María Vigil. En cambio, si se busca una síntesis equilibrada de la historia de nuestro país, hay que remitirse a la Nueva historia mínima de México, del COLMEX, coordinada por Pablo Escalante Gozalbo, misma en la que intervienen diversas plumas.
PIT II, en una de las notas finales al comentar la idea de la derecha de reivindicar a Santiago Vidaurri –quien fuera gobernador de Nuevo León y Coahuila, y militara primero en el bando republicano y después en el imperial–, realiza un crítica a Armando Fuentes Aguirre, “Catón”, a quien califica como “autor de la nueva biblia del antijuarismo” (336). Sin embargo, Taibo peca de lo que critica, pues él, con esta entrega de Patria, hace “la nueva biblia juarista”.
Ciertamente, Catón en Juárez y Maximiliano. La roca y el ensueño, pierde en varios momentos la objetividad en cuanto a la figura de Juárez se refiere –véase por ejemplo las páginas 632 a 638 del libro en cuestión–. Así, la historia del país se usa como arena de la política contemporánea. Parece que los personajes del pasado resucitan sólo para actuar según los intereses y deseos de los redactores de los libros de historia.
¿Acaso la historia de México no merece tratamientos más ecuánimes? ¿Por qué todo tiene que ser blanco o negro? ¿Por qué heredar odios de liberales o conservadores en pleno siglo XXI? En verdad, se necesita revisar la historia de México, pero ya no bajo la óptica de “buenos o malos”, “vencedores y derrotados”, sino con la idea de presentar a los personajes como sujetos de su contexto, sí, movidos por sus ideas, pero con su debida complejidad humana, misma que nunca decanta en un único lado de la balanza existencial. Por desgracia, tanto Catón como Taibo insisten en escribir historias unidireccionales.
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FUENTES MENCIONADAS
Fuentes Aguirre, Armando, “Catón” (2006). Juárez y Maximiliano. La roca y el ensueño México: Diana.
Taibo, Paco Ignacio (2017). La gloria y el ensueño que forjó una Patria 3. 1864-1867. La caída del Imperio. México: Planeta.
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