Mi perdición nació en la comisura de tus labios aquel día que se alzaron en tu rostro. Con aquel gesto invocaste a la tentación e hipnotizaste a la razón, aunque sabías que no estaba permitido, no te detuviste, mas tampoco te salvaste de caer también en el juego.
.
Desde entonces, mi maldición prosiguió.
En tu mirada, encontré la seducción de un amante; en tu perfume, la culpa de un pecado y en tu sonrisa, la complicidad de un enamorado.
.
¿Placer o perdición? ¿Veneno o antídoto? ¿Qué me deparará?
Confiésame si serás la respuesta de Eros a todos mis anhelos o serás simplemente quimera de lujuria.
Revélame si eres el espejismo del deseo que nos mantiene fuera de alcance o el vestigio de lo que el destino escribió para mí.
.
La espera me quema por dentro.
Quiero ser más que el nombre que susurres entre vehementes ardores o la fantasía a la que te entregas en la privacidad de tu soledad. Ya no puedo conformarme con el efímero roce de nuestras manos. Ansío convertirme en tu delirio más peligroso, el sabor que busques en todos los labios que no sean los míos, la maldición de tus insomnios y el delirio que te embriague hasta olvidar que somos un secreto.
.
Arrebátame los gemidos que prueben que no te importa si lo nuestro es prohibido. Cuéntame la historia de cada marca en tu piel, de las cicatrices que nacieron del dolor y los tatuajes que florecieron con el placer; quiero escucharlas cuando me des cobijo con tu ser.
Sujétame y déjame sin respiración, acúname en el espacio vacío entre tus brazos, pues quiero despertarme entre ellos. Desnúdame mientras me arrebatas los miedos y devórame con el apetito prolongado de quien ha esperado demasiado por un cuerpo. Arrúllame con tu jadeo firme y despiértame con un temblor suave. Agita mi cama y desordena mi piel; anida dentro de los pliegues de mis sábanas; anuda la tersa cubierta de seda, que tu lugar está a mi lado.
.
No debiste tentarme.
Si crees que conoces el placer, déjame mostrarte. Juntos poseemos la llave que nos llevará más allá del éxtasis.
Ven a mí. Te espero. No pensemos en nada que no sea la huella que quedará en nosotros, alucinante, extasiante, atrapante… inolvidable.
.
IMAGEN AL EXTERIOR
Juana Salmerón y Villeda >> Del libro [Mal]viajes en el tiempo >> Rafael Alvazález
La Rosa de Plata, Ana Karla Carrera Herrasti nació el 19 de diciembre de 1994 en el Estado de México. Con apenas seis años, encontró en la escritura su llamado y la mejor forma de liberar sentimientos atrapados. Con el tiempo, descubrió que le apasionaban los idiomas, así que se dedicó a perfeccionar su lengua materna y a aprender otras lenguas. Actualmente, es licenciada en idiomas, tiene diez años de experiencia como profesora de inglés y ha tomado distintos cursos de traducción y corrección de textos. Debido a su amor por la literatura e influencia de Khalil Gibran, Edgar Allan Poe, entre otros autores, ha escrito poemas, historias de terror, fantasía y relatos eróticos bajo el pseudónimo de La Rosa de Plata, muchos de los cuales fueron seleccionados en concursos para ser publicados. Hoy en día, busca entrar al mundo editorial y se prepara para publicar su primer libro independiente.