Por Alberto Navia
Y qué si no quiero hacer ejercicio.
Y qué si no quiero andar banquetas
o saltar la cuerda
o hacer sentadillas.
Y qué si no quiero tener un pájaro.
Y qué si no quiero tener un gato
o un perro negro
o un pececito azul marino.
Y qué si mi comida no es la perfecta,
si no está equilibrada,
si no tiene más verduras.
Y qué si me bebo una Coca Cola.
No entiendo las ventajas de alargar la vida.
No entiendo para qué tener más días
sorbiendo con popote la comida
andando a pasitos, apenitas.
Sin oír ya lo que me dicen,
sin ver más allá de mis narices.
Hoy no quiero bañarme ni salir a la calle.
Hoy quiero quedarme en mi cuarto
tirado en la cama
sin tocar el piso.
Y qué si no le doy gusto a la gente
y me fumo un Marlboro rojo
y dejo entrar a mis pulmones todo ese
agradable maleficio.
Y qué si abro una botella de mezcal,
Tobalá, que le dicen,
y me voy sirviendo una mulita
y lo repito y lo repito.
1 comentario
¡Bravo! Demoledor.