“NICE TO MEET: MON AMOUR”

por Alberto Curiel

Por Héctor Alberto Curiel

Me dirijo a la presentación de mi noveno libro; por si alguien se lo pregunta. No será un evento pletórico. Tendrá lugar en una pequeña biblioteca ubicada al este de Chicago; así lo he decidido yo.

nice to meMe he convertido, en un personaje con cierto grado de fama, lo que resulta sumamente gratificante al principio, pero muy poco hace falta para que esto transmute en algo cansado y tedioso. Es lindo que la gente reconozca tu labor, sí, el ser admirado es altamente satisfactorio, máxime, si uno se dedica a la literatura; las personas no se interesan de igual forma en un literato como en una estrella de cine o de rock; aunque debo reconocer que a veces, me gustaría haberme mantenido en el anonimato. Publiqué mi primer libro a los veinticuatro años, cuando aún no culminaba mis estudios universitarios; poco después se convirtió en un best seller, y a partir de ese momento, mis escritos subsecuentes se vendieron como pan caliente. Excepto, el penúltimo.

Habitualmente uno publica su trabajo con fruición y suficiencia, sin embargo, este no es el caso. Mi novela lleva por epígrafe Nice to meet: Mon amour. La historia data de la Argentina del siglo XIX, y atiende a un aparente orden cíclico en el cosmos, aterrizado en el romance entre un hombre y una mujer, quienes están predestinados a reencontrarse infinitamente en cada encarnación; ese es el único fin de su existencia; de no realizarse, quebrantarían el ciclo y dejarían de existir para siempre. Ellos no se conocen, llevan vidas sin semejanzas, hasta que Gabriel Sorín (El protagonista), tropieza con un nigromante, que le advierte y pronostica los peores augurios, a menos que localice en un lapso no mayor de un año el paradero del amor de todas sus vidas pasadas (una francesa de nombre Janelle Faure-Dumont); situando bajo amenaza su destino eterno y el de ella; convirtiendo la vida de Gabriel, en una carrera desesperada contra el tiempo y su supervivencia. Imaginemos sus espíritus como un par de rectas que se dirigen hacia un mismo punto, y justo al formar la perpendicular, estos deben encontrarse, de lo contrario pasarán de largo y continuarán indefinidamente, pero jamás volverán a cruzarse.

En cada una de sus vidas, es siempre uno de los personajes el encargado de buscar al otro, alternando los papeles entre el buscado, y el buscador. Así pues, ambos personajes deben converger en un intervalo casi exacto: entre los 28 y 30 años, después de ello, sería como si no se hubiesen encontrado, y de igual forma llegarían al fin de sus reencarnaciones.

Les parecerá lugar común, empero, todo este embuste lo soñaba desde pequeño de manera recurrente, no recuerdo con exactitud cómo inició. Mi madre contaba que por las noches yo lloraba angustiosamente, golpeaba e incluso gritaba un nombre: Janelle; este evento se postergó durante una larga temporada, descendiendo gradualmente gracias a algunas terapias encomendadas por el psicólogo, hasta que al fin desparecieron. Fue hasta la noche previa a mi graduación, cuando el sueño volvió a mí y se repitió posteriormente en reiteradas ocasiones, tañendo en mi cabeza sin cesar. Creí estar volviéndome loco, los sueños se habían convertido en alucinaciones, Janelle estaba siempre presente, cada mujer que miraba se asemejaba a ella. Y de nuevo, la pesadilla culminó cuando determiné escribirlo; hace unos diez años.

Las personas que me conocen, identificarán de inmediato a Javier Solano en Gabriel Sorín, debo reconocer que creé el personaje a mi viva imagen, incluyéndole todas mis virtudes y mis defectos, sin ningún tapujo (una de las razones por las que no estoy convencido de esta obra). A Janelle la detallé justo como en mis alucinaciones, algo así como mi idealización de la mujer; físicamente bella, esbelta, de cabellos negros deslumbrantes y cortos, no más allá del hombro, tez clara, ojos color marrón, labios pequeños y rojizos, de estatura media, simpática, poseedora de una ternura inefable y de una inteligencia sutil, brillante.

Acotaré que escribí esto únicamente para mí entretenimiento, además de compartirlo con algunos amigos que optaron por difundirlo y publicarlo por internet. Sin embargo, mi editor me exigió publicar ésta novela, bajo el argumento de que debía recuperar lo invertido en la distribución e impresión de mi último libro, el cual fue un fracaso rotundo en ventas. Dijo que el amor siempre vende, y dada mi reputación, posiblemente estábamos frente a un imperioso éxito. Aunque, yo estimo algunas otras posibles causas. Entre ellas: él es fanático de los criterios oníricos, de la fortuna, el horóscopo, el destino, la reencarnación, etc.

Personalmente pienso que todo ello, no es más que una senda de boberías (otra razón para estar inconforme con mi escrito); no me malinterpreten, no digo estas palabras con desdén y desapruebo; cada persona es libre de creer y actuar como prefiera. Mas, somos propensos a crear conceptos, y realidades a partir de éstos, dotándolos de carácter, profiriéndoles adjetivos… Tendemos a eludir responsabilidades explicando mediante causalidades ilusorias, montones de sucesos (ya sean venturosos o desgraciados) simples y llanos de nuestra existencia, que bien podrían comprenderse haciendo uso de la lógica o la razón. Es decir, culpamos de nuestros percances y desdichas al mal de ojo, por ejemplo.

Se me antojan como pretexto, manipulación, aniquilamiento de la voluntad, todos aquellos juicios que suponen sentenciar el rumbo, y la cadencia de nuestras vidas, ser guía y bastión; son conceptos vanos. El hombre es vano, así como su ley, que propagó y adoptó por encima de la razón; ahora pretende regirse por concepciones que él mismo creó. Me niego totalmente a admitir cualquier cosa de… He arribado a la biblioteca sin darme cuenta, es más pequeña de lo que esperaba… será confortable.

Casi paso de largo, me adentré demasiado en mis cavilaciones, sin mencionar lo agradable que es poder caminar tranquilamente por la calle sin escuchar un “¿me da un autógrafo?”; ya no recordaba ésta sensación. Se han reunido un gran número de personas. Entre elementos de seguridad, fotógrafos, prensa, familiares, algunos amigos y seguidores, han llenado a tope el recinto. No cabe una persona más. Será mejor apresurarme, voy treinta minutos tarde y mi editor debe estar sumamente furioso conmigo.

La conferencia va del todo bien, sin preguntas incómodas ni interrupciones. “Entre más pronto salga de aquí mejor”, pienso…

Al finalizar la ponencia, Javier se dirigió a la entrada principal de la biblioteca, entretanto, una mujer se aproximaba a él, llevando consigo una cámara réflex colgando de su cuello, y en su mano derecha un ejemplar de su libro. Javier encendió un cigarrillo, recargo su espalda en la tibia madera de la puerta, inclinó la vista hacia sus zapatos, inhaló y miró a la mujer que se colocó a su izquierda, fijando la mirada al frente, como quien acaba de terminar una conversación.

—Es una pena. ¿No lo crees Javier? —dijo ella.

—¿Disculpe? ¿A qué se refiere?

—Al final de tu historia. Es la última vez que existe esa pareja, no lograron encontrarse a tiempo.

—Pero la novela no termina de esa forma, lo que ocurre es…

—Debí localizarte hace diez años —interrumpió la mujer—, he leído cada uno de tus libros y nunca imaginé que fueras tú. Pero esta vez fue sumamente difícil. Jamás podría haberte hallado yo sola. No era sólo mi deber buscarte, también era el tuyo, así ha sido siempre… Yo también tuve esos sueños Javier, aunque por lo visto, los tuyos estaban incompletos.

Desconcertado, Javier, la escudriñó de pies a cabeza: La mujer era físicamente bella, esbelta, de cabellos negros deslumbrantes y cortos, no más allá del hombro, tez clara, ojos color marrón…

La chica, le dedicó una mirada inquisidora, y se dibujó en su rostro una sonrisa irónica. Javier arrimó el dorso de su mano izquierda hacia una de sus mejillas; ella, afectuosamente, inclinó la cabeza para aprisionarla entre su cuello y su hombro.

—Me pareces conocida; creo que… alguna vez, ya te escribí.

—Exactamente —Afirmó ella, avanzó hacia su oído y susurró despacio— Nice to meet: Mon amour.

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2 comentarios

Alma 13/07/2015 - 19:12

excelente n.n

annie munoz 21/09/2015 - 12:53

me recordo a un sueño… de un hombre… me encontro en otra vida… y yo estaba comprometida… A&A

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