MONÓLOGO DE UN MANDILÓN

por César Vega

¡Total! No me voy morir por meterme a la cocina, ¡qué más da! Sólo son unos carajos trastes, nada más. Además, si hemos de ser honestos yo nunca he sido un machito cabrón, yo sí le ayudo a mi vieja con sus cosas de la casa y, si algo me enseño mi madre, es a ayudar, desde morro lo he hecho; siempre le traía las tortillas y los mandados y le echaba la mano a lavar mis uniformes de futbol, así que para acabadas cuentas nada va a pasar y se lo voy a demostrar…

El único pedo es que ya tiene su tiempo que no me meto con estas cosas y, pues, además de la hueva que me da la mojada, pues me siento… ya saben… así como fuera de la cancha. Y ya que andamos de sincerotes, la verdad es que yo sí soy un garbancito de a libra, no como los ojetes de mis compas; esos changos sí que se pasan de reata, ni en la pinche oficina son capaces de levantar su propio desmadre; por ejemplo, el Franky nunca lava la taza en la que se toma su café, esa madre ya parece retrete de estadio, y luego se pregunta el muy orate por qué diablos le da chorro a cada rato; esos compas antes se mueren atascados en la mierda que levantar un puto papel. Pero yo no, yo sí soy más relax; yo la neta sí creo que las cosas ya tienen que cambiar, hay que apoyar a las mujeres con su pedo de la casa y los hijos y esas madres. Son otros tiempos ¿no, cabrón?… ¡Sí, a huevo! Yo sí creo en el feminismo y en la madre ésa de la igualdad…, bueno, hasta cierto nivel, claro está, porque hay unas feministas que… ¡En fin, que si se enteran mis vales de esto, no me bajarían de mandilón y la verdad es que no!

¡Ah, la verga! ¡Son un madral de trastos! Nel, ni madres, a mí se me hace que esa pinche Susana nada más me quiere chingar… estos no  pueden ser los trastes de la pura comida, son muchísimos más, pa’ mí que por culera nada más me anduvo juntando el trasterío de varios días… estos son los trastes como de dos semanas atrás… ¡Sí, a huevo!… ¡Pinches viejas son bien cabronas! ¿Y así piden igualdad? ¡Pfff! ¿Se la armo de pedo?… ¡Ni madres, no; no le voy a dar el gusto, hasta cree! Me la voy a chingar bien chulo, voy a lavarlos toditos y bien de volada y ni gestos le voy hacer; es más, cuando le agarre de sorpresa que haya terminado tan pronto y me diga cualquier cosa, le voy a decir que estuvo bien fácil y en corto y que no sé por qué la hace tanto de a pedo si es una mamada lavar los trastes, que le encanta hacerse la víctima de cualquier cosa; que si se quiere hacer la sufrida se vaya a trabajar, esas sí son verdaderas chingas, no como… ¡Nel, ni madres! ¿Y si me chingo yo solito por andar de hocicón y ya se la agarra de cotorreo y ya quiere que los lave diario… Una cosa es que yo tenga la disposición de ayudarle, pero eso ya sería un abuso… Los voy a lavar así , en fa; le voy a decir que estuvo superpapita, que no sé por qué tanto alboroto, pero le voy a dejar bien clarito que es una ayudada y nada más, que se hará cuando se pueda y tenga ganas… ¡Sí, así, así está perfecto, cabrón!

¡Que pinche desmadre! ¡Pues a darle que es mole de olla! ¿Qué chingados lavo primero? ¡Puts! No es de Dios lavar los trastes en un lavadero, pero ya se por dónde va la cosa, Susana me ha estado jodiendo desde ya chingos de tiempo que quiere que cambie este lavadero por una tarja, quesque no se ve bien adentro de la cocina, que se rayan los vasos y los cubiertos y las ollas con los canales que tiene el cemento, que se tapa el desagüe con los restos de la comida e inunda luego toda la cocina… Pretextos, pretextos, puros y estúpidos pretextos para hacerle a uno la vida de cuadritos, pero nel, no me voy a quejar y menos le voy a cambiar el lavadero, que se chingue, ha de creer que cago dinero; de cualquier forma lavadero y tarja sirven para lo mismo. no me vas a chingar, Susanita, ésta te la gano yo.

¡Me lleva la ver…! Malditas aspas de la licuadora, me rebanaron los pinches nudillos… No hay fijón, una enjuagadita y ni quién se entere. Gajes del oficio, Manuel, nada más… ¡Me lleva la chin…! No hubiera metido la manota en la pileta, ahora parece que está llenita de agüita de jamaica. ¡Ni madres! No voy a desperdiciar más agua, con ésta enjuago los trastes, no pasa nada…, de cualquier modo, la semana pasada tragamos moronga de una pinche vaca que ni conocemos, qué mal nos puede hacer una poquita de sangrita mía que soy bien limpio y ni enfermo estoy… ¡Pinche cochambre hijo de la chingada! No sale ni con fibra, lo único que se viene es el teflón, pero no hay pedo, ahorita que se sequen los trastos me traigo un esterboork negro y desaparecemos cualquier rayón… ¡Pinche longaniza!, se costrifica bien cabrón… ¡Ya sé! Mi jefita ponía el sartén al fuego con un poco de agua para calentar la grasa y que saliera de volón… ¡Sí, a huevo! Es lo que voy a hacer… Pinche Susana, has de traer un coraje entripado porque no me he quejado ni te he preguntado nada… Ni creas que te voy a dar el gusto…, te chingas; es más, ponte a chiflar, que te oigas bien contento, bien quitado de la pena para que se enchile más cabrón.

Ya está hirviendo el agüita del sartén, vamos a traerlo para mandar al diablo todo ese pinche cochambre culerón. ¡Puta ma…!, me quemé las putas manos y la grasa hija de la chingada nomás no salió, la voy a raspar con el tenedor, de todos modos con la pintura del plumón ni se va a ver lo raspado. Vamos a echar el agüita caliente para prelavar los vasos. ¡Simón! ¡Pinche idea chingona!… ¡Verga! ¿Qué tronó?… ¡Puta madre, pinches vasos, se los cargó la verga! Nomás no aguantaron el calor… y eso que son de veladora… ¡Son vasos de veladora! ¡No hay fijón! Es más, si me la hace de pedo le compro veinte para que no me esté jodiendo… ni que estuvieran tan pinches caros…, además yo ni los uso…, siempre tomo directo del envase o de la llave… Tantos inventos mamones que hacen las mujeres para complicarse la vida, con un plato es suficiente…, con las manos se puede comer bien y bonito…, ya parece que los cavernícolas andaban usando estas madrolas, voy a creer, si de verdad fueran necesarios se hubieran muerto esos weyes y ninguno de nosotros existiríamos… pura payasada quesque de etiqueta… Etiquetas las que traen los productos, ésa es la única etiqueta que necesito yo; es más, con el puro papelito que diga “cerveza” la puedo diferencia de la otra botella que dice thinner, no hace falta tanta letanía que le ponen a los productos y hasta tabla nutrimental traen esas chingaderas…, mujer habrá sido la que las inventó… A mí me vale un cuerno lo que estoy tragando, mientras sepa rico, bien feliz que estoy.

¿De dónde mierdas viene ese chapoteo? ¡Me lleva el carajo! Ya se tapó la pinche coladera del piso donde cae el desagüe… ¡Si me viera, pinche Susana, estaría requetefeliz la cabrona! Burlándose, diciéndome: ¿ves, cabrón, por qué te dije que había que cambiar el desagüe? Pero ni maiz palomas, no le voy a dar ese gusto, ¡total!, ni es tan grave, en cuanto acabe los trastes, limpio este desmadre, sólo es cosa de jalar una jerga y ya quedó. ¡Puta madre! Se está haciendo bien tarde y ya va a empezar el partido. ¡Ni madres, ni que estuvieran tan sucios, pinches trastes! Los que no tengan manchas de comida nada más los voy sumergir en la pileta. ¡Sí, a huevo! ¡Eficientar procesos! ¡Así le decimos en la oficina! Es más, les voy a echar un buen chorro de cloro para que queden bien desinfectados sin necesidad de tallar, ¡soy el puto amo!… Jijo de la jijorria, creo que me pase de versh con el cloro, ya me está haciendo chillar el ca… ¡Cof! ¡Cof! ¡Ah, su puta madre! Nada que no arregle la ventilación, hay que abrir esa ventana. ¡Sí, a huevo!… ¡Puts! ¡No chingues, no se me quita el ardor! Me enjuago los oclayos y ya quedó… Pero no seas pendejo, Manuel, no te los vayas a enjuagar con la pinche agua de cloro sangrienta que está en la pileta, ya hasta tiene una nata de espuma efervescente amarillenta bien ojete… ¡Mierda! ¡Me arden los nudillos! Ábrele a la llave y te lavas directo en el chorro… ¡Sí, a huevo!… ¡Carajos! Al agacharme a la llave, le di un trenazo directito al vapor de cloro que salía de la pileta. ¡Ahora veo menos, cabrón! ¡Verga…! Ciérrale a la llave, wey, ya tengo todos los calcetines mojados y el nivel del agua del piso ya subió, ya me cubre los deditos de los pies…, pero deja primero el cuchillo en el lavadero, Manuel, o te vas a rebanar algo justo como rebanaste todas las esponjas hace ratito…, hay que destapar el caño para que se pueda ir toda la pinche agua sangrienta de cloro de mierda y te puedas lavar bien los ojos, cabrón… ¡Sí, a huevo! ¡Puta madre! ¡se me cayó el cuchillo y no sé dónde quedó! ¡No hay pedo, de que está en el lavadero, está en el lavadero, clarito oí cómo cayó…!

Pues agáchate, wey, pero primero tienta con los pies dónde está la coladera… ¡Hij… ! ¡Casi me mato! ¡Pinche piso, se puso bien resbaloso con el agua, la grasa y el jabón! ¡Wey! ¡Escuché que Susana bajó a la sala! ¿Y si le pedimos ayuda?… No sé… ¡No! ¡No! ¡Ésta no me la gana, ésta la gano yo! ¡La coladera!, ¡wey!, ¡la coladera!… ¡Ya la encontré!… ¡Pero me las vas a pagar, pinche Susana, y bien chulo!… A ver, vamos a agacharnos… Así no, Manuel, te vas a resbalar y vas a dar un marranazo en el piso y Susana se va a enterar… No queremos o eso, ¿verdad?… Pos a huevo que no… A ver, vas a hacer esto: pon tus dos manos en las esquinas de lavadero, agárrate chido, ¿ok? ¡Ya estás! Ahora, sin dejar de agarrar da pasos hasta atrás hasta que tus brazos queden estirados… ¿Me entiendes?… ¿Y eso pa’ qué, cabrón?… Para que cuando dobles tu dorso hacia abajo tu cabeza, justo libre el límite de lavadero, imbécil… ¡Ah, ya! ¡Ya te agarré el pedo! Ya así, nada más doblo las rodillas y, sin soltarme, me agacho sin riesgo de caerme, ¿no?… ¡Simón!… ¡Eres un puto tiro, cabrón! ¡Sí, a huevo, a huevo!…

¡Chíngala! ¡Ya me jodiste, Manuel! ¡Y bien cabrón!… ¿Qué chingados pasó?… ¡Ya sé dónde cayó el cuchillo, hijo de la verga! ¡El muy hijo de perra cayó con la punta hacia nosotros, cabrón! Con la hoja saliendo ligeramente del lavadero, el mango atorado entre la olla express y el molcajete, todo erecto apoyado en el borde el lavadero se me clavó chulo en el merito ojo cuando me agaché… y deja de eso, Manuel…, lo sentí clavarse bien adentro hasta que tronó el hueso de la chiluca, con toda la hoja fría adentrito del cerebro… Se va a encabronar Susana, cabrón…, creo que ahora sí la cagamos bien cañón…

¿Quién iba a decir que, después de todo, lo de ser un mandilón sí me mató? Aunque conociendo lo culera que es la Susana, ella nunca lo admitirá. ¡Nel! ¡Ni madres! ¡Primero muerta! Ya la veo en mi funeral diciéndole a mi familia y amigos que me morí por pendejo…, pero a final de cuentas ella y yo sabemos bien cuál es la verdad… y lo mejor de todo es que aguanté bien chulo hasta el último momento, como todo un macho cabrón.

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Latas de sopa campells >> Andy Warhol., EUA, 1928-1987.

César Abraham Vega nació en la Ciudad de México el 30 de abril de 1981. Narrador, crítico, promotor cultural y traductor. Es egresado de la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas por la FFyL de la UNAM con especialidad en el área de Lingüística. Tiene estudios formales de Informática e idiomas. Ha impartido conferencias, cursos y talleres de Fomento a la Lectura, Literatura y Lingüística.  Algunos de sus textos han sido publicados en diferentes medios impresos y electrónicos. Actualmente se desempeña como webmaster y enlace técnico editorial en Sombra del Aire.

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