Llegué a su departamento en compañía de dos personas más. Estaba emocionada de, por fin, poder convivir con él. No sería acertado decir conocerlo, porque ya lo conocía. Lo veía puntualmente en sus programas de televisión y lo encontraba ocasionalmente en los pasillos de la facultad. Lo saludaba emocionada, con cierta familiaridad a la que él amablemente respondía, aunque ambos éramos conscientes de que él no tenía idea de quién era yo.
Su departamento era muy pequeño, incluso no tuve que caminar demasiado para encontrar una silla y sentarme justo enfrente de él. Tenía tantas preguntas por hacerle. No sabía por dónde empezar. No recuerdo qué le dije, pero en cuanto se disponía a responderme, empezó su dificultad para hablar. Fue aterrador. Se esforzaba por emitir la voz, pero sólo podía balbucear sonidos incomprensibles.
Alguien dijo: —¡está sufriendo un derrame cerebral!—, alguien más gritó: —¡llamen a una ambulancia!—. Yo estaba paralizada. Había confusión y alboroto absoluto. Llegó la ambulancia, lo sacaron del departamento y lo llevaron al hospital, pero ya era demasiado tarde. Me quedé inerme en la entrada del edificio.
Era una hermosa tarde soleada, se sentía un grato calor, generosamente acompañado de suaves oleadas de aire. En contraste, mi alma estaba abrumada, dolida. No podía creer que estaría junto al poeta, sólo para presenciar su desafortunada muerte.
.
IMAGEN
Un buen libro >> Mona H. Bell., Inglaterra, 1902-1920.
Marisela Romero es hija de Miguel Romero y Luz María Álvarez; la menor de cuatro hermanos y madre de Beatriz, Leonardo y Omar. Nació el 28 de junio de 1967 en la Ciudad de México. Poeta y narradora. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Escribió algunos artículos sobre el cuidado de la salud de la mujer en un boletín mensual —en el que también colaboró en el diseño y edición—, distribuido en una Clínica privada. Fue allí donde comenzó el ejercicio de la escritura.
Participó en el taller de Creación Literaria que impartía el profesor Raúl Parra en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México en 2006, gestando el cuento catártico “Sofía”, La primera impresión del escritor para la protagonista fue: “qué útero hambriento”.