AL PASADO

por Karime López

Rioka contaba con una particular habilidad que le permitía retroceder en el tiempo unos minutos. Estas “regresiones”, como solía llamarlas, le permitían cambiar el futuro de alguna persona que estuviese a punto de sufrir un accidente.

La primera vez que lo usó fue a los diez años, para salvar a su mejor amiga Ari de ser atropellada. Desde entonces había logrado dominar su don y siempre que la situación lo necesitara, estaba dispuesto a prestar ayuda.

Era lunes 10 de septiembre de 2001, Rioka había ido a su trabajo como de costumbre, cuando ocurrió un intenso choque. Él bajó de su auto para ver qué ocurría. Uno de los dos vehículos implicados comenzó a incendiarse y luego explotó. Una mujer y un pequeño fueron alcanzados por las llamas. En ese momento, Rioka volvió en el tiempo tanto como pudo, sabía que tenía dos minutos tras el choque para sacar a la madre y al niño. Empezó por el pequeño, que era el más liviano, y logró extraerlo por la ventana. La mujer tenía la pierna atorada y, cuando logró sacarla, la explosión lo alcanzó, haciéndolo perder la consciencia.

Fue llevado al hospital y recibió la visita de Ari y su madre, mientras estaba en recuperación.

Días después, al salir del hospital, Rioka volvió a tener otra “regresión”, pero con un final un tanto distinto, pues su madre logró percatarse de su poder, por lo que solicitó al joven una explicación. Él le confesó la verdad y que había usado su don más de cien veces salvando personas y animales. Si su madre no lo hubiese visto, pensaría que era mentira, pero al atestiguarlo con sus propios ojos, se dedicó a reflexionar sobre todas las cosas raras que había vivido con su hijo.

Esa noche, al ver las noticias, la madre se enteró de un secuestro infantil, lo que le recordó varios sucesos del pasado, y le contó a Rioka que cuando era un niño, habían ocurrido casos muy similares en el barrio donde vivía. El joven, al oír esto, tuvo un flashback de su niñez, sobre un vecino con el que jugaba a las canicas al que ya no volvió a ver. Dándole vueltas al tema y recordando el amargo final, soñó con su vecino y con una figura en las sombras, llevándose a los niños. Se revolvió en la cama, sudando, gritando.

El sonido del despertador lo sacó de su pesadilla. Abrió los ojos.

Las paredes estaban pintadas de otro color. Pronto se dio cuenta de que no era su habitación… ¿o sí? Había algo familiar. El póster de “Superman 2”, el viejo balón de fútbol con calcomanías de los Looney Tunes. Había un calendario colgado en la pared. Bajó de la cama, observó sus pies, tan pequeños, sus manos, las uñas. Tocó su rostro y descubrió la ausencia de vello facial. Se acercó al calendario: 1983.

Salió corriendo del cuarto hasta la habitación de sus padres. Su padre aún vivía con ellos. El gran espejo de la recámara no mentía. Tenía diez años otra vez.

Contuvo el grito de angustia. Sabía por qué había vuelto; lo que ignoraba era si una vez cumplida su misión, podría regresar a su tiempo y si tendría la habilidad de parar los secuestros con tan sólo diez años de edad.

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IMAGEN

Reloj blando en el momento de su primera explosión >> Salvador Dalí., España, 1904-1989.

Karime Alessandra López Martínez (2006) es originaria de H. Matamoros, Tamaulipas. Estudiante de preparatoria. Ha publicado en revista delatripa y mimeógrafo. En 2022, publicó en la antología de cuento “Ruta de escape”.

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