La mañana abraza la calma, hasta la playa Carvajal, la alzada a las palmas. Barba Blanca carga la mala pata, mas trata ablandar la carga. Trabaja cada mañana para sacar la papa. Al amarrar la barca, marcha hasta al arrabal. Va a la Cabaña Bar a calmar las ganas. La banda acaba la tanda, a la barra halla a Marla Satán, la maga más vaga a tratar.
—Barbas tan blancas al bar, jamás fallan —canta la dama.
—La paz la haya —clama Barba Blanca.
—Pasa, pasa hasta acá, barbaján.
Barba Blanca alcanza la barra. La Maga alza la garrafa, lanza cachaza a la tarra. A la par, Barba Blanca agarra las cartas; al barajar saca as tras as.
—Nada ganaras a las cartas, camarada —calma la Maga.
—¡Ay, amada Marla!, dadas las chanzas acá, ¿habrá a dar la cara nada más para trabajar? —lanza la cháchara, Barba Blanca.
—¡Vas a la mala, gañán! Ganas a alzar las alas has, mas nada hallarás al apañar la caña. Ya sabrás la llamada: a Marla Satán amarás, al bajar la parranda.
—¡La Gran Valla alza la Maga! —parla Barba Blanca—. Jamás acabalarán almas, para al chaflán traspasar.
—Las almas van cargadas a malas mañas. Para nada hallarán la rambla hasta acá —aclara la maga—. Aparta la parra, haz la marcha a la mar para traspasar la Gran Valla. La paz hallarás, alma brava.
Barba Blanca saca la plata, la lanza a la barra, acata las palabras. Vaga a la playa, hasta la barraca. Tras bajar las garrafas, cargadas a caña, acapara la hamaca para a la mañana zarpar.
Al alba alza la barca a la mar. Traza mapa hasta la Gran Valla. Mañana, tras mañana pasan. A cada parada saca las gafas para las malas cábalas apartar. Nada halla, nada, hasta malgastar la calma. Al abrazar fantasmas traspasa la raya marcada para la valla. Saltan alachas a la barca, calamar tras calamar la hartan. Barba Blanca agarra la pala, a zancadas altas raspa hasta aclarar la baranda. Para acabalar la chanza, las mantarrayas abalanzan la barca. Nada falla para Barba Blanca ganar.
—¡Almas saldadas al mar —alza la palabra Barba Blanca—, ya basta!
La manada habla:
—¡Ah, Barba Blanca!, mal gañán. Aplacarás la saña, al aclarar amar.
—Aparta las garras, mala rata; la caña pasada ha. A Marla Satán, Barba Blanca, hasta al más allá amará —baladran las barbas.
—La parranda apartas a raja tabla, mas, la casada casa aclama; pagarás cara la batalla —aclara a carcajadas la manada fantasma.
Al zanjar la avalancha, Barba Blanca alza la cara a la batalla. Tal atalaya, pasa la saña amarga. La barca avanza, hasta alcanzar la playa Carbajal. Tras saldar las cargas, aparca. Barba Blanca baja para marchar al arrabal.
Las campanas cantan altas a la mañana zarca, aclaman al ganar Barba Blanca. Al allanar la Cabaña Bar, la banda canta: ana masca parada an la parad; Barba Blanca la acalla para llamar a Marla. Atada a la barra la halla, agrandada al amparar la cara grata.
—Alma más blanca al Bar jamás —canta la dama—. Atrapada la paz a la cara has. Pasa galán, pasa; daca la hazaña.
Barba Blanca falla al hablar.
—Agallas faltan para dar palabras francas, mas, a Marla Satán, a la par a la mar, Barba Blanca, amará a mansalva.
La Maga calla pasmada.
—Marla Satán, sabrás ya la batalla pasada…, dada la palabra apta: ¿la paz a Barba Blanca darás, hasta dar a la parca?
Las canas dan para amar, mas, la Maga, aplaza la palabra. La balada taladra al alma. La dama trata calmar las ganas a danzar a la Plaza Santa. Para ajar la falsa alarma, abraza a Barba Blanca. Tras amasar alabanzas, Marla Satán, acata.
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