Hoy los sollozos compaginan con los secretos no encontrados, voluminosas visiones van persiguiendo mi espacio absoluto, los aros están quebrados por el espectro pasajero del tiempo, deambulan inevitablemente en los rieles de las brumas…, las madrugadas abarcaron la circunferencia, ahora tienen ojos exóticos, oídos en la antesala infernal, micrófonos invisibles en la estancia; el rito de los faltantes arguye el desencuentro, su vuelo es aún más ligero cuando la frágil voz concluye quedándose en los sonidos de la regresión, apoderándose a cada segundo de las grietas del amor y por consecuencia producen hambre, producen miedo cubriéndose con lienzos inauditos de colores ponzoñosos y, en dosis microscópicas, por cada grano se desvanecen los recuerdos, deshojados lentamente por la hostilidad de los días añorados. Perdí la línea negra en el mar iracundo, los labios en el suelo, notas de papeles imborrables, pesadillas donde no se respira ni cabe nadie; cerré las ventanas para poder permanecer largos periodos en un punto trasversal, viviendo en los desórdenes de las noches esparcidos entre el ácido de la circunferencia, sin que nadie me mire, apagando y encendiendo el placer ficticio en los muros del nunca. Había cortado la realidad en el lugar donde dejamos las sombras trastornadas entre nosotros, algo parecido a un padre nuestro y un ave maría atrapado en suspiros en la orilla de mi cuerpo. Me ahogaba el claroscuro de los secretos no encontrados, aprendí a levantarme por las mañanas, a rezar en el sótano para alejar la presencia de las harpías… Del reloj de arena caía la coincidencia como rosas de miel con perlas, emanaban olor a sodio corrosivo y a historias aniquiladas, desintegrándose en el escalofriante delirio. En realidad no hay nadie, la otra estancia no existe, encendí las linternas, desperté sofocada de sudores en mi espacio absoluto, cerré los ventanales, vi la noche en esquemas fragmentados cubierta de luces exhaustas con paños naranja. ¿Qué hora es? Mi otro yo está en el espacio absoluto; es hora del desencuentro de los faltantes. Son casi las seis
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IMAGEN AL EXTERIOR
Desencuentro íntimo >> Óleo sobre tabla (100 x 100 cm) >> Marco Ortolan
Vanessa Fens, Lariza Fentanes nació el 11 de diciembre en Veracruz, México; actualmente radica en Londres. Es Escritora autodidacta y Bailarina por la Facultad de Danza Contemporánea; cursó la licenciatura en Derecho entre la UV y la UNAM. Realizó colaboraciones para la Revista de la UV, la Sección Cultural del Diario Local, y la revista Brújula. En 1998 emigró a Milán y, posteriormente, se integró al Staff de la Condesa Pinina Garavaglia, “Vanytas Company”, como vocalist reading poem; luego en “Infusione” y “Los Brillantes”, para espacios como el Carnaval de Venecia; en Milán, Mónaco e Ibiza. Durante años, trabajó como traductora. Publicó en 2010 en el periódico Formato7; en 2014, en la columna «Territorio de palabras» del periódico El mercurio (Méx), y en la Revista Peregrinos y sus letras (EU). Actualmente, colabora en las revistas literarias Sombra del aire, Nocturnario y Cardenal. En 2021 fue galardonada por el Consejo Nacional de Escritores Independientes.