Por Guillermo Santana
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El mundo ha cambiado desde sus inicios:
Desde que la magma comenzó a consolidarse
y los maremotos transformaron la Tierra
las montañas crecieron desentendidamente
animales marinos cambiaron su estructura ósea
empezaron a andar por ciertos parajes
comer algunas partes de otros animales
que los hicieron más fuertes
Nosotros
empezamos por saborear la piel
el tejido graso
los labios
la manzana de adán
el interior
el pabellón del oído
Desde ciertos lugares de la Tierra
quizá la península de Yucatán o las Galápagos
la vida comenzó una carrera de supervivencia
el mar a tocar las costas de la Tierra
el viento a acariciarla con furia como la de una amante de quince años
con ansias, ganas de montar la Tierra a mitad de la noche
Ciertos grupos cruzaron el estrecho de Bering
otros tantos llegaron mediante balsas
al continente que habitamos
Tu y yo sobrevivimos
a la evolución, al deseo
a las migraciones
El mundo cambió su composición acuosa
Nosotros la composición química interactuando con células
y todos los sentidos:
El tacto, el sentido de la alucinación y el de las sombras
Ni siquiera un seguidor de la necrofilia
No
Nadie podría hacer el amor a una roca
pero algo, alguien con cierta lujuria desmedida
el amante de la Tierra
o el deseo de ser poseída
Dios mismo querría hacerle el amor y desbordarse en ella
poseerla después de tantos siglos
Inventarse posibles maremotos
el fenómenos del niño o el calentamiento global
Tu y yo sobrevivimos a los maremotos debajo de las sábanas
a la caída de los edificios, al verano extremo
al fuego en las cimas de tu pecho
a la radiación solar
al movimiento de las neuronas aventándose unas a otras
cuando el viento se quema, los sentidos
como el tacto, la alucinación y las sombras se arrojan a la cama
y todo parece ser el comienzo del universo, el Big Bang
el infierno creándose
el cielo tratando de surgir
de separarse del mar
y nosotros
tratando de internarnos uno en el otro.
…
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