A ESCONDIDAS

por Víctor Hugo Pedraza

Por Víctor Hugo Pedraza

 

No sé cuándo,

ni cómo,

pero llevas semanas ahí, sentada

junto a mí.

Pasando entre notas de silencio,

entre miradas a escondidas,

entre semánticas dibujadas

sobre los contornos de una ciudad gastada.

 

Sí, ahí te veo.

 

Resplandeces

y tu sonrisa llena mis bolsillos vacíos,

tan vacíos como laberintos de una sombra borrosa.

 

Me descubro mirándote a escondidas,

contemplando tu cuerpo,

delineando tus ojos,

deseando tus labios.

 

Agacho la mirada

cuando te sientes observada.

Me fugo entre espasmos nerviosos.

Seguro me descubriste,

no sé qué decir.

No sé cómo acercarme.

No quiero que la fugaz modernidad

corone mis sentimientos.

No quiero que esto,

que comienza,

se diluya entre la oscuridad de mis manos

o de mis palabras.

No puedo,

por el momento,

hacer otra cosa que juguetear con mi silencio,

con mis misterios:

Imaginarte escribiendo historias junto a mí,

sin materia,

clavado en tus pensamientos,

en tu alma tal vez,

junto a tus sueños,

revelando el incierto cosmos de tu mirada.

 

Llévame al precipicio,

al conjuro de una rosa marchita.

Llévame a tu camino,

despacio,

mientras el sol pierde la batalla,

en tanto la ansiedad

se escurre en los poros de esta tinta.

 

Quédate ahí,

vive en mí.

 

En estos versos encontraré

la respuesta.

Detendré el tiempo,

el mundo.

 

Espera,

las jacarandas florecen

y el viento llevará a tus pupilas

mis caricias,

a tus oídos,

mis sueños

y mi alma,

a los signos perennes de tus hojas en blanco.

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