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Por Marisela Romero
Yo que te pensé unos versos,
no debo decir tu nombre;
contener debo el deseo
de emitir el dulce mote
que en dos sílabas se esconde.
Velar oclusiva sorda
marca su inicio sensual,
precediendo a la primera
de un par de fuertes y plenas
—según gramática buena—
a la central llena abierta
por fonética, ¿será?
Esta anuncia el breve paso
que sonoras alveolares,
de vibrante a lateral,
crean gracia musical.
Toda esta fuerza suaviza
una media posterior
para terminar en sorda
fricativa alveolar.