I
Del otro extremo de mi latido, tú, escuchante
atento a cada emoción que tu pecho
provoca enredando nuestras miradas.
De este lado, yo, emitiendo el ronroneo cálido y amoroso
al tocar tu mano de luz,
de amor,
de tu ser,
alerta a cada movimiento de tu danzante boca sabía.
Los dos, en un baile de ir y venir,
olas de nuestro mar amor,
playa luminosa de impactante frescura
ante la llama ardorosa de tu cuerpo,
de mi cuerpo,
uno,
en movimiento,
en vaivén sonoro de furia y paz.
.
II
Te hice una canción con mis suspiros,
con letras de mis latidos,
para que tú escuches mi amor,
y conozcas las rutas de mi cuerpo.
Todo entregado, todo tuyo,
desde mi aura hasta la huella de mi andar,
presuroso y tranquilo.
Melodía, romanza de vida,
tu pecho y mi corazón bailando.
.
III
Que se detenga el tiempo
en nuestros cuerpos, en el ansia,
que no camine el cielo,
sólo la respiración, agitada,
llena de vida, amor, de pulsaciones,
sístole y diástole apuradas
fuego caminante del amanecer,
de todo momento, palpitación
necesaria para la existencia,
orgasmo diario ante la aniquilación cotidiana,
tu ternura siempre es inevitable.
.
IMAGEN AL EXTERIOR
Joyas telúricas >> Amador R. Sánchez
Alejandra Díaz Márquez nació en la Ciudad de México un diciembre de hace muchos años, estudió Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Amante de la poesía y el arte, autodidacta en temas de dibujo y diseño. Ha publicado breves reportajes sobre algunos restaurantes emblemáticos de la CDMX, como El Bar La Ópera; así como reseñas de libros y películas en un Boletín Empresarial. Redactora y correctora en el mundo godín. Actualmente está cocinando un proyecto llamado tentativamente “POEMINIS” textos para los apresurados, hiperactivos, o hasta ansiosos, líneas para leer como una pequeña dosis diaria.