Se han visto poco por el Zoom, en las lecturas de Sombra del Aire, en la página se dan like. A veces, en el chat de las presentaciones opinan sobre algún evento en particular, pero es la primera vez que se van a juntar en persona, así que Yessika las convoca por videollamada, incluyendo a la maestra Nidya, para la siguiente luna llena del 28 de octubre; les pide llegar a más tardar a las 11:30 de la noche. Están de acuerdo.
La comida será diferente a los gusanos en miel de abeja, ojos de rana hechos con gelatina de fresa, lagartijas de chocolate en su propio jugo, y tantas cosas que sólo suben de peso (y lo que esto implica para el desbalance viajando en la escoba). La maestra llevará unos tamales verdes bajos en calorías, rellenos de verdolagas y otros de perejil y cilantro, de la esquina de su casa porque no tiene tiempo de cocinar; Anna, un platillo polaco que se llama Bigos (contiene carne, cebolla, tocino, col fresca, col agria, ciruelas secas y vino tinto); Fuego Abenuz, unas picadas —no sean mal pensados ni mal pensadas— de tinga, otras de frijoles negros fritos con siete gotas de aceite de oliva y unos camarones a la diabla; María Estela, las tostadas, sal, limones partidos, cebolla, lechuga, rábanos, orégano, el pozole desgrasado y una salsa picante de chile de árbol. Aunque no sabe cómo va a trasladar todo en la escoba sin que se le derrame algo. Michaela le da la idea de que todo lo lleve en una hielera, aunque sí necesitará un transporte escobar más fuerte y con argollas muy gruesas, para poder enganchar el recipiente, y volar y planear libremente. Ella, la argentina, unos chorizos magros de las Pampas, aunque aclara que es vegetariana. Entonces Manny le dice que va a llevar varias ensaladas porque le duele el estómago, y, además, come muy poca carne, sólo si es de pollo de patio. También mandarinas, guayabas y atole de masa con maracuyá para compartir, y hacer un buen estómago, “como el de toda bruja que se precie de serlo”, aclara. Yessika llevará una sorpresa.
Todas están a tiempo, menos la colombiana. Llega once minutos tarde porque en su país se fue el Internet, y eso que lo paga puntualmente. Por eso ya no nos pudo videollamar para avisarnos del retraso. Nosotras ya habíamos hecho la lumbrada y asábamos bombones y salchichas, que a última hora alguien llevó. Le dijimos que no se preocupara, que eso de irse la señal, pasa en toda América Latina y a veces en Polonia. El lobo aúlla desgarradoramente porque sigue esperando a la luna llena. Le decimos en coro: ¿Pues que no la estás viendo? No nos hace caso. Comenzamos a platicar y a aullar junto al cánido. Él se acerca al fuego y devora tres salchichas. Después, lame una mano de Nidya. La luna nos sonríe y guiña el ojo izquierdo, levanta el único pulgar que tiene (porque, ella nos lo aclara, debido al eclipse y a este aquelarre, saca sus uñas largas, negras y retorcidas, también se gira y muestra su perfil para que veamos la nariz aguileña, como la nuestra. Es muy solidaria y nos ama un buen), en señal de ¡bientos!
Anna se propuso para dar la palabra, y así, hacer una charla ordenada, porque somos glindas (brujas) buenas gentes, con defectos y cualidades, educadas y muy respetuosas. La polaca sacó de su bolsita muy femenina, un lapicero rosa, con tinta del mismo color; tiene una cabeza de bruja risueña, y una libreta con una portada de todas nosotras alrededor del fuego. De un montaje que hizo, formó una selfie que alguien mandó al whats, que decía: “AMAMOS AL MUNDO”, para hacer la lista de oradoras y tomar acuerdos.
La lista quedó así:
- Manny
- Nidya
- María Estela
- Fuego Abenuz
- Anna
- Michaela
- Yessika
Cada una iba a decir una parte de algún texto publicado en Sombra y tratar de explicárnoslo, porque con tanta metáfora, hipérbole, metonimias y muchas otras cosas raras que hay, era más fácil que cada una señalara con palitos y bolitas, qué quería expresar. Y otra cosa muy importante: qué le deja al mundo, a la tierra, a su abuelita, a sí misma, etcétera, con ese fragmento.
Manny
“El tiempo pasa de prisa
En carreras y trajines
sin disfrutar los flautines
se va el candor y la risa…”.
Manny dice: “Pues vean, amadas colegas brujas, este siglo XXI nos trae siempre de las orejas y con zozobras, y no nos deja disfrutar la vida”, mientras apura su agua de luna, la que llevó Yessika.
Nidya
“…vengan sí las alegrías
y la paz sin más tardanza,
vengan canciones y danzas
murmullos primaverales,
vengan prestos y a caudales
bendiciones y esperanzas”.
La Cabeza del Aquelarre indica: “Algunas compas ya saben que por mi signo zodiacal (Sagitario), soy optimista, inquieta, indagadora de temas literarios y de otros muchos más, así que cuando no encuentro alegrías, bendiciones y esperanzas aquí en la Tierra, me subo a mi escoba, enciendo el motor y vuelo hasta Júpiter a llevar felicidad y buen humor”. Se queda muy sonriente viendo el fuego. Apura su atolito.
María Estela
“Para ti la vida fue
un espacio arruinado,
un nocturno perpetuo…
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Esos fulgores
te vuelven a tu estado
de enamoramiento
suspiras por Orión…”.
La bruja explica, mientras jala aire por la boca y se avienta aire a la cara con un abanico hecho por ella misma, con un ala de halcón, para quitarse lo enchilado: “Mi abuela sufrió como poca gente que conozco en este mundo, por eso la pongo en un nicho con estas palabras, y hasta le traje un galán de Orión”. Las otras ríen. Nidya le acerca el salero para la hinchazón de la boca por tanta salsita.
Fuego Abenuz
“Gusto coleccionar perlas
en todas sus variedades
y distintas calidades.
Algunas son para olerlas
otras más para morderlas…”.
Fuego Abenuz se pasa el último bocado de la garnacha al que le agregó un poco de guisado polaco y nos dice: “Ustedes ya saben que yo soy muy sensual y sexual (igual que ustedes, no se hagan). Muy apasionada para todo, así que ahí interpreten lo que gusten, que para eso son los poemas. A estas perlas denle las cualidades que quieran y pónganselas donde más les acomode”. Termina la explicación, y se echa un buche de agua de luna endulzado con aguamiel, éste lo aparece de uno de los rombos de sus medias negras, haciendo un pase mágico.
Anna
“Lo verde siempre permanece recién nacido,
cuando sale el sol…”.
La autora dice, haciendo un silencio breve y observando cada alimento que se sirvió en una cazuela y un plato etéreos de los que llevó Yessika: “Con el sol la vida va”. Y disfruta su agüita de luna y su comida.
Michaela
“El cuerpo repite
verdades milenarias
cada encuentro
sincroniza los relojes…”.
Nos dice: “Con estas diez palabras, interpreten lo que quieran. Fíjense en el ritmo, sientan el alma de cada sonido, la sincronía de cada vocablo con los ciclos de sus vidas”. Sin disimular, Manny se limpia las lágrimas con un pañuelo dorado que aparece con un abracadabra de su chakra corazón.
Yessika
“… Los años se fueron en un abrir y cerrar de ojos, Orión no volvió a arrullar el corazón de mi padre, pero aún vive en las fotografías y las remembranzas…”.
“Este Orión es un perro, no como el novio de la abuela de María Estela. Y cuando el can murió, también un pedazo del alma de mi papá se fue con él”, nos explica mientras se termina su cazuela de pozole, con todo, menos salsa.
Se ponen a danzar alrededor del fuego. Anna prende el celular y bailan “The Witch is Dead” con Ella Fitzgerald. Las brujas bailan con ritmo de poema unas treinta y tres veces. De la nada (o quién sabe quién metió su cuchara), baja una alfombra de color violeta, se suben y, ya volando, lanzan estrellas de papel brillante que al caer al suelo, forman miles de veces: AMAMOS AL MUNDO Y ESTAMOS Y SEGUIREMOS VIVAS A TRAVÉS DE NUESTROS POEMAS.
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IMAGEN
Vuelo de brujas >> Francisco de Goya, 1798.
María Estela Aguirre nació en el estado de Chihuahua en 1955. Estudió la maestría en Enseñanza e Historia de la Biología en la UNAM y es doctora en Ciencias en Educación Agrícola Superior por la Universidad Autónoma Chapingo y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Costa Rica. Sin embargo, sus gustos literarios la han llevado a explorar diferentes caminos; así, desde 1995 tomó talleres con el poeta Rolando Rosas Galicia y el escritor Óscar de la Borbolla. En 1997 obtuvo el primer lugar en cuento en el certamen “Letras, Voces y Miradas”, organizado por la Universidad Autónoma Chapingo, y en 1998 ganó el segundo lugar en poesía en ese mismo certamen. Es autora del libro de cuentos y relatos “Arruga la nariz muy preocupada” (2001) y colaboró en el libro ”Tejedoras de Historias” (1996). Actualmente estudia en los talleres de “Sombra del Aire” y “Sembrando Voces”.