Por Víctor Hugo Pedraza
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Cuando el sol
o Marte
o el cosmos
son seducidos y caen,
de rodillas,
ante el esplendor de la noche y sus misterios,
de sus brujas,
confío en que algunos dioses,
ocultos,
rompan el ahogado silencio,
así, sus esquirlas apasionadas
se estrellen y
desgarren las entrañas de un cuerpo cadavérico y ansioso,
que alucinado,
quiere derrumbar el vaticinio de los profetas,
aquel encadenado a cada latido en el corazón,
dotando de respuesta a las preguntas en su memoria,
desarrollando,
por inercia,
la mera creación de una vasta realidad
que sólo puede mirar con los ojos del efímero tiempo,
el implacable.
…
IMAGEN AL EXTERIOR
La noche estrellada >> Óleo, 1889 >> Vincent Van Gogh
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