A mis abuelas Mary y Tere
Abuela, vine a tu casa
para visitar tus plantas
y escuchar cuando adelantas
mis cuitas desde la plaza.
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Siempre estuve enamorada
del color de tus geranios,
y añoro ya aquellos años
cuando viví en tu morada.
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Yo disfruto embelesada
el candor de tus lilís,
y el aroma del veliz
con las fotos que aún guardas.
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Me siguen causando gracia
las cactáceas que atesoras,
tu biznaga redentora
que sembramos en mi infancia,
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los órganos y viejitos,
nopales con su nobleza,
plumas de Santa Teresa,
lunitas y barrilitos.
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Abuela, cubren tus canas
el total de tu cabeza,
mas, recuerdo con presteza
las trenzas que te anudabas.
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Entonces sí que eran negras
con sus moños muy bien puestos,
y pensaba que eran éstos
como tus plantas eternas.
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Vengo, abuela, cuando puedo,
a ver tus enredaderas,
como tus brazos que hicieras
la cuna contra mis miedos.
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También contemplo la higuera,
donde trepaba de niña,
ay, abuela, de tus riñas
no me olvidé donde fuera.
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Tus rosas son las testigos
de tu entrega y entereza,
me llenaste de riquezas,
con cuentos, postres y abrigo.
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Eres, abuela, la luna,
el sol, corazón de menta,
tornasoles suculentas,
la rueda de mi fortuna.
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¿Te acuerdas, querida abuela,
que te traje mil amores,
unas veces como flores
al regreso de la escuela?
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Yo rememoro tus chales
y mis naciente manías,
me cargabas todo el día
para ahuyentarme los males.
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Y me has hecho tanta falta
conforme los años pasan,
pues si bien aún me abrazas,
el mundo me sobresalta.
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¿Sabes de dónde sacaba
aquellas rosas de día?
Las robaba con maestría
de la casa de la aldaba.
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Sí, abuela, yo fui ladrona,
pero me hacía muy feliz
ver en tu rostro el matiz
de tu alegría juguetona.
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Abuela, tus margaritas,
gladiolas y siemprevivas,
me tienen bien redimidas
todas mis amargas cuitas.
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Cuídame de malos hados
todavía por muchos años,
arrópame con tus paños
quédate, abuela, a mi lado.
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IMAGEN AL EXTERIOR
Almendro en flor >> Óleo >> Vincent Van Gogh., Países Bajos, 30 de marzo de 1853 – Francia, 1890.
Nidya Areli Díaz (CDMX, 1983) es Escritora, Editora y Profesional del Fomento a la Lectura. Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM. Fundadora de la revista literaria Sombra del Aire, de la que ha fungido como Directora y Editora desde 2011. Docente y consultora en Lectura crítica, Escritura creativa y Literatura. Editora literaria en Ganthä entertainment, casa de creación de contenidos para cine y tv. Ha impartido conferencias y talleres de Literatura, Creación Literaria y Lectura Crítica para instancias como la Secretaría de Cultura de la CDMX, la Secretaría de Cultura del estado de Hidalgo, el IPN, y desde la plataforma de Sombra del Aire. Fue investigadora, correctora de estilo y lexicógrafa en la reedición del Diccionario de mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua. Obtuvo dos premios en Poesía por el IPN y uno en cuento por el Gobierno de la CDMX.
2 comentarios
Me conmovió mucho “El jardín de la abuela”. Pude “ver” ese jardín tan colorido y, además, sentí una profunda nostalgia, ya que crecí sin abuelos. ¡Hermoso poema!
Gracias, Liliana. Fíjate que yo crecí con todos mis abuelitos vivos. Pero ahora ya nada más me queda una. Es maravilloso haberlos tenido, pues cada uno me dejó un legado de momentos y sabiduría difíciles de poner en palabras; sin embargo, es inmensamente triste despedirse de ellos. ¡Saludos!