DIEZ AUTORRETRATOS

por Alias Torlonio

con los pies fríos —desnudo

descalzo y desamparado—

vuelvo a sentir gran pena

un vacío desconcertante

donde no cave un suspiro

grande anhelo romántico

añoranza del símbolo

la conciencia de cada amor

ausentes pero desmedidos—

con el doloroso eco propio

—estético y ensimismado—

tal insistencia me hurga

con la humedad del hocico

la entraña retraída

demasiado abierta

cuyo sabor

exento de alimento

aún rico en hierro tiene

nombre de especia ácima

.

—metralla—

.

constato epirogénesis interna

fuente de escueta orogénesis

del propio discurrir ensimismado

de un escarabajo almizclero

que me ataja impertérrito sagaz

.

fuerte y débil

pequeño y grande

visible e invisible

tal es mi sentimiento

—la alegría más pura—

de cuando amor

.

con un bostezo me cargo de energía

soy duro por fuera y blando por dentro

de vuelo torpe y algo lento ¡y cómo no!

con la niebla —como todos—

tiendo a desaparecer

.

soy el producto inequívoco

de todos los abusos y traumas

a mí infringidos de cuya suma

resulta un arrebatado nuclear

o compulsivo liberteño

un ciclotímico desasociado

o detractor no decorativo

un antimesiánico pudibundo

o el tímido extrovertido que soy

alguien con la entrada prohibida

allí donde el común a diario campa

debe haber harinas sin costal

esto no traerá el fin del mundo

.

—ahora—

si el mundo repentinamente

hiciese inventario —antes de dar

tal carpetazo— quedarían pendientes

de multa y cumplido castigo

.

licenciados tuercebotas

teóricos pedantes

mareantes eruditos

sumisos lameculos

meapilas neoclásicos

expertos en la materia

y ganadores de concursos

.

la pluma del águila

soñada cuando niño

estaba allí temprano

en la cuesta del parque

de la fuente milagrosa

en medio del yermo

que llamamos ciudad

¿pero cómo llegó ahí?

por sus cuatrocientos

milímetros de largo

volando debió venir

y debe ser de simurg*

¿pero qué haría por allí?

ésos no son sus pagos

volaría perdida

sobre aquel parque

—a tal hora— pletórico

de su singularidad

—sin un alma salvo yo—

 subía la cuesta ligero

mirando la tierra vacío

y ahí estaba

—ajena a todo—

única y poderosa

enorme y perfecta

en el suelo posada

del cielo caída

 .

*ave inmortal del cielo mitológico iraní

 .

llevo un hombre bueno

—siempre contento— aquí

dentro de mí —soñándome—

y una serpiente mortal

(ahora aletargada)

y un ahorcado feroz

—el killer del planeta—

y un niño saltando

la tapia del cole

llena de cristales

a la hora del recreo

porque la vida nunca

fue un juego para él

y una monja cachonda

—piadosa y multiorgásmica—

y una manada de lobos

hambrientos de justicia

queriendo sobrevivir

y una bailarina

que llora porque nunca

la sacaron a bailar

y un pintor cuyos ojos

se incendian sin motivo

y desmotivado

y un vate retrasado

que se enseñó a leer

con tiras cómicas

mil veces revistadas

todos son yo —aquí—

dentro de mí

 .

entonces seguí siendo

lo que siempre fui

lo que nunca dejé de ser

un otro para algunos

y un nadie para otros

aun siendo poco más

que un algo supe

a tiempo retirarme

y por no tener nada

ni siquiera tuve miedo

no tener miedo

más que valor

es un estado

carencial severo

esta precariedad

esplendida fue y aún es

mi mayor caudal

. 

las manos manchadas no cometieron crimen

la pintura por la ropa queda indecisa

señalando los puntos débiles del cuerpo

un rastro naranja en la comisura de la boca

detona* la pérdida de contacto con la realidad

lamparones por las botas marcan cada parada

el estomago —volcado— vacío asume la renuncia

juegan ahora conmigo la náusea y el vértigo

porque la cabeza da vueltas no concéntricas

la luz tremenda se disuelve punitiva en trementina

mis ojos son dos lámparas quemadas

—de queroseno— los parpados ardiendo

emborrona a cada objeto un haz lumínico rojo

de la oscuridad al miedo pasamos

—sin atávica demora— al miedo a la oscuridad

la pintura seca y fresca por el suelo

va trazando un mapa hacia ningún sitio

 .

*denota dislexia

 .

justo cuando con humildad

creyendo que ya tocaba el fin

en el momento solemne del adiós

retornan a mí todas las palabras

las malditas y —cómo no— las benditas

las claras y también las oscuras

las cortas y además las largas

filtrándose incluso por mis sueños

acomodándose sobre la plana con descaro

aun sin tener ninguna respuesta obvia

entre un mar de dudas brota el dilema

—seguir hablando o callar definitivamente—

mas una voz atroz que me viene sonando

—feroz y pugnaz— hace tiempo

me increpa —no sin razón—

. 

¡tú no callarás ni cuando mueras!

 .

yo que sé cuánto vale una palabra sincera

entre tanta mentira delirante

también sé el precio de una salida de tono

ante esta mediocridad asoladora

cuesta —ciertamente— la exclusión

—condena y locura—

la vuestra y la mía

—yo— que nunca he torturado animales

ni personas —ni siquiera maté el tiempo—

aunque haya matado algunas moscas

(ellas —su impertinencia— representan el mal)

—yo— que he visto a la muerte varias veces

prefiero que ningún moscardón hurgue en mi cabeza

—yo— sin ningún esfuerzo demasiado chocarrero

entre lo ridículo y lo sublime aun sin obligación

—nunca ahora— trato de reorientar

y exorcizar mi naturaleza

con candor

sin rencor

hoy sólo siento pertinente y además plausible

el cinismo en su auténtica vertiente diogesiana

nunca me civilicé ni di pie

—como digno carpetobetano— roma no entró en mí

—yo— aunque capaz para nada competitivo

soy un hombre de ideas —de buenas ideas—

sólo eso —un hombre— su ánimo

entre las sombras y las eminencias

 .

(material extraído de entre las sombras y las eminencias)

 ..

IMAGEN AL EXTERIOR

Autorretrato >> Óleo sobre madera, 1999 >> Alias Torlonio

Alias Torlonio, David García. Pintor. Disléxico. Ermitaño. Bosquimano. Vegetariano. Íbero. Guerrero pacifista. Extraterrestre mientras no se demuestre lo contrario. Nombrado en 2018, 14o Rey Natural de los Gatos del Bosque. Se declara objetor de conciencia desde 1982, apartándose para siempre de la industria militar, el estercolero político y los infiernos religiosos.

Frases poco conocidas de de Alias Torlonio: El silencio pule el alma. Los malos son tontos, los tontos son buenos, los buenos son listos, los listos no tanto. La miseria viene de la mente; la abundancia sale del espíritu. Me da igual un traje a topos que un campo de minas.

Links: Artscad@AliasTorlonio   ;     Elmuseovirtual@AliasTorlonio 

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