Ayer tomaste mi mundo convirtiéndolo en un instante longevo, por las tardes fuimos pergaminos enterrados en un cuarto de hotel barato y por las noches discurso silencioso y papiros escritos acerca de una fábula ponzoñosa.
A veces tiemblo de pánico cuando presiento el olor de las olas marchitas al final del acantilado, entorpeciendo el crepúsculo sin retroceso. Ayer hablamos de viajes lúgubres de nuestro complot inexplicable con el eco de las sonrisas navegando en envases vacíos, fue materia inútil junto al corazón, naturaleza selvática a golpe de luces; desatando rumorosas tormentas en tierras desconocidas, retratos imposibles de borrar dándole vida a los muertos, llenándolos de recuerdos. Han pasado años, el encanto fulminante cayó al mar entre las redes extendidas hacia el limbo desértico, luego todo regresa al lugar de origen, al extravío desolado del prisma amorfo, cuando las palabras furtivas irrumpen la pasividad, quiebran la armonía del resplandor semitrasparente en una desconexión sideral, cerrando las puertas de la quietud, para volver a unir el eslabón de una condena impiadosa en llantos de ira constante y tronos mortales. El pasado inventaba el presente desplazando los mares de jazmines púrpura hacia el eje del tiempo real, adorné los callejones adoquinandolos lapislázuli y una alfombra con pétalos de rosas esparcidos de sangre, agosto era el tiempo imaginario en los signos encendidos de la razón, transcurría lento quemando las señales de continuidad. Suceden historias adormecidas por el soplo Divino, con frecuencia arrastran a la deriva psicosis indescifrables llevándolas a cada ángulo del cuerpo, amores punzantes con la faceta más aguda del horno indivisible en el amanecer, tragando cruelmente a cada suspiro los deseos del alma encerrados en el hospicio invisble. Quise escapar del ilusionismo estéril, separé el aroma de los potentes sueños fugitivos para entrar a la dimensión paralela del ayer bajo el paroxismo incandescente, perderme en el escondite de los sonidos clandestinos, pero agosto es intrínsecamente violento, no pude huir de los jazmines púrpura, huir de las gotas ardiendo del oasis sagrado; donde nace y termina el amor paradorsal, luego todo regresa al lugar de origen al extravío desolado del prisma amorfo.
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IMAGEN AL EXTERIOR
Joyas telúricas >> Óleo sobre madera (120 x 120 cm) >> Amador R. Sánchez
Vanessa Fens, Lariza Fentanes nació el 11 de diciembre en Veracruz, México; actualmente radica en Londres. Es Escritora autodidacta y Bailarina por la Facultad de Danza Contemporánea; cursó la licenciatura en Derecho entre la UV y la UNAM. Realizó colaboraciones para la Revista de la UV, la Sección Cultural del Diario Local, y la revista Brújula. En 1998 emigró a Milán y, posteriormente, se integró al Staff de la Condesa Pinina Garavaglia, “Vanytas Company”, como vocalist reading poem; luego en “Infusione” y “Los Brillantes”, para espacios como el Carnaval de Venecia; en Milán, Mónaco e Ibiza. Durante años, trabajó como traductora. Publicó en 2010 en el periódico Formato7; en 2014, en la columna «Territorio de palabras» del periódico El mercurio (Méx), y en la Revista Peregrinos y sus letras (EU). Actualmente, colabora en las revistas literarias Sombra del aire, Nocturnario y Cardenal. En 2021 fue galardonada por el Consejo Nacional de Escritores Independientes.