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Por Marisela Romero
A Emma
Se ha detenido el tiempo.
Nadie baila,
nadie canta.
Se han sentado en silencio
a esperar tu arribo.
La zozobra crece.
Estamos aquí,
deseando contemplar el sol en tu mirada;
imaginando tu pequeño cuerpo,
frágil, suave;
adivinando
tus manos curiosas
explorar el mundo,
tus ojos ansiosos
descubrir tu entorno.
Esperamos el milagro de la vida,
anhelo germinado en tu existencia.
Ven, querida mía,
a recibir el inmenso amor
que hemos construido para ti.