La mesa está servida
.El día que me desaparecieron
hacía un calor espantoso.
Mi madre cocinó sancocho
y me guardó el platico de comida.
Todavía me acuerdo de ese día
aunque ya nadie se acuerde.
El plato se ha enfriado en la mesa
pero mi madre sigue ahí sentada.
Edu In
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De errores habidos
.En el verso 17.765 encontramos el error del traductor. Ahí no debía decir escindir. Y el artículo está de más. Esa ajena presencia rompe la rima y anula toda originalidad. Lo cual nos lleva a equiparar que forzar un verso es como forzar un amor, se nos vuelve polvo entre las manos y sólo nos queda el adiós.
Ricardo Bugarín
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Lluvia
.—Casi la lluvia—
las golondrinas vuelan
cerca del suelo
Guillermo Santana
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El abrazo
.Como el respiro para el alma, el abrazo, para juntar lo que se quiere desprender por el frío del tiempo, por el asfalto, por la gente gris, por el miedo al terror de lo real. Extender los brazos para acercar los corazones, los latidos de vida. El abrazo en tiempos de frío, en el tiempo, en los ojos, en el alma, abrazo que cuida, que protege, que alivia, que da ternura, cobijo, amoroso como el de una madre, fraterno como el de la hermana, cariñoso como el de tu gato, pasional como el de tu amante, cálido como el de tu amiga, abrazo eterno como el de la muerte.
Alejandra Díaz Márquez
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Don Peter
.Esa mañana despertó con la ilusión de acompañar el resto de sus días a Ana María. Sería el amor de su vida, lo contaron los ángeles de carne y de hueso en la Plazoleta del Rosario esa tarde fría. Don Peter no dejó de publicar la alegría y la melancolía de los noventa de su país, Polonia.
Era un migrante al que se le acongojaba el corazón por los silbidos de la guerra. Ana María, la compañera de camino, iluminó sus días hasta que el celeste de sus ojos se cerró ante el cansancio del tiempo, esa noche fría de junio..
Yessika Rengifo
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Holter
.Atiendo el ritmo de las pulsacionesen decaimiento
hasta volverse una línea verde
monótona
en un monitor que no cesa de sonar.
Michaela Osorio
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Sacromonte
.Bajo la luna
el viento y la niebla engendraban nuestros pensamientos.
Cada noche,
cuando nos falta sentir el dolor
de un niño perdido,
admiramos los gitanos de Sacromonte,
los príncipes de la melancolía.
.
Me disuelvo
cuando la sombra cae sobre nuestras miradas.
Anna Banasiak
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IMAGEN AL EXTERIOR
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