Por Alberto Navia
Yo pongo bajo mis pies
los mínimos pasos con que
recorro los
diversos caminos con que
me convoca
la distancia.
El Sol
forma parte de mi
horizonte.
Lejos he dejado la tierra de la fruta.
Lejos he dejado la tierra de los ríos,
de los árboles frondosos,
del agua cantarina.
Mis pasos polvorientos se marcan en senderos
resecos
que recorren las distancias que van
deshaciéndose
conforme mis pasos las devoran.
Camino hacia un futuro que recuerdo.
Hacia un futuro común en donde
la Reunión es
inminente.
La Sombra sutil que antaño colmaba
mis ojos y
mi frente se ha
eclipsado.
El Sol relumbra
y el sudor se va agotando.
La ausencia de
agua agosta
mis labios y
mis ojos.
Atrás no dejo nada.
Los címbalos azotan,
entre truenos,
mis oídos.
evanescente, la luz amarilla
señala mi efímero
camino
para arraigar
entre los gruesos robles,
entre las nubes grises.
Entre el viento noble que
canta, suave,
canciones sin tiempo.
Derrumbado el cuerpo,
sembrado.
Dispuesto a la gran espera.
1 comentario
¿Cómo recorres tus caminos?, ¿qué es lo que pones bajo las plantas de tus pies? Aquí #Alberto_Navia nos invita en su #poema #Trascendente, a reflexionar sobre ésta y otras cuestiones del hacer la vida.