Ya volé en el vacío
.Ya volé en el vacío,
me arrastré por la arcilla,
ya lloré lagrimales
mis plantas se pasearon,
me di a bucear el agua
me oculté en mi guarida
me nutrí de alimento
aprendí algunas cosas,
ya impartí mis saberes,
ya me quedo tranquila.
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Nidya Areli Díaz
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Décimas al placer III
.Un experto marinero
deshace y amarra nudos
en los espacios velludos
para marcar sus linderos
y dar placer duradero.
Un nudo de ballestrinque
hace que el ombligo brinque;
un nudo de mariposa
para escribir buena glosa
y orando ante el altar se hinque.
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Fuego Abenuz
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Te extraño
.Te extraño, me dijo mientras me quedé helado mirando a la pared. Habían pasado años desde la última vez que escuché aquel eco resonar en mi cabeza, pasé por tanto para olvidar, para no buscarla; recurrí a tantos para deshacerme del influjo de su existencia sobre mi ser… Vi a psiquiatras, psicólogos, chamanes, brujos, coaches, grupos de ayuda, relaciones fugaces y destructivas, drogas y alcohol… hasta pensé en volarme los sesos para sacarla de mí, pero ahí estaba de nuevo y casi podía escuchar el sonido de mi templanza caer como una columna de piedras pesadas. La voz de mi cabeza había vuelto y esta vez no iba a soportar su imperativo deseo de matar.
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César Vega
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Qué mítica midriasis
.Qué mítica midriasis
tuve aquel santiamén,
cuando se acercaron dos mariposas:
la primera,
una joven de piel marrón
que dormitaba al lado de mi equipaje,
y la segunda,
otra joven apacible y perspicaz
vestida de un rojo bermellón
atento y atáxico.
Permití polinizarme.
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Carlos Gutiérrez
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Aforismos en el transporte público I
.Al abordar el transporte público el chofer me dice: “Nada más llego al panteón”. Le doy el dinero de mi pasaje y pienso, claro ¿a dónde más podríamos llegar?
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Conrado Parraguirre
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Nos ha sido dado
.nos ha sido dado:
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la lengua que no dice
los ojos que no miran
.
para desvestirnos
el viento engendra
la noche blanca.
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David González
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En las ciencias.
.Salió de casa como de costumbre a sus labores científicas. No hubo despedidas ni explicaciones ante su llegada tarde la noche anterior. Había comprendido que las ciencias eran su vida. Empacó su ropa en las maletas viejas de la abuela, pero con el amor de siempre hacia él. Partió de casa.
Transcurrieron cuatro años. Sus hallazgos ante las fases de la luna y la ausencia de ella lo hicieron entender que su amor sería eterno, pero en las ciencias estaban los latidos de su corazón anhelando vida todos los días, contó el hippie esa tarde en el parque a los amantes ante el canto del ruiseñor.
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Yessika María Rengifo Castillo
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IMAGEN AL EXTERIOR
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