Slavoj Žižek definió un “acontecimiento” como algo traumático, perturbador que interrumpe la normalidad, aparece de la nada y carece de una base sólida (Žižek, 15-16). Así, con la intención de poner en juego su explicación, el autor esloveno señala que la ontología budista, misma que al estar desustancializada, “reducida a un flujo de apariciones frágiles es acontecimental” (135).
Entonces, Žižek comenta los dos tipos de acontecimientos acaecidos en el budismo: “el de la iluminación, de asumir plenamente la no existencia del Yo” y la captura de un acontecimiento breve, ejemplar y que se puede representar en el haikú, porque esta forma poética permite el despliegue del juicio infinito del budismo: “el solapamiento del Absoluto (el Vacío primordial experimentado en el Nirvana) y el frágil efecto de superficie diminuta y efímera (el tema del haikú)” (136).
El esloveno ejemplificó sus ideas con una de las piezas más conocidas de Matsuo Basho (1644-1894):
Un viejo estanque…
Salta una rana
Chapoteo (cit. en 136).
La retórica del haikú, según Žižek, se condensa en los siguientes puntos. El primer verso enuncia la situación preacontecimental, el segundo verso presenta la interrupción de la inactividad, aquello que perturba la paz y da lugar a la generación del acontecimiento; y en el último verso tiene lugar el acontecimiento (136).
El propio Žižek desdobla esta propuesta sobre la creación del haikú con dos ejemplos. El primero es una paráfrasis japonesa —y escatológica— del siglo XX del texto ya mencionado de Basho:
Taza del váter con agua estancada…
Me siento
Chapoteo (136).
La situación preacontecimental está en la taza con agua en calma (primer verso). Cando alguien se sienta, la paz es interrumpida y posibilita la aparición del acontecimiento (segundo verso). Y el tercer verso presenta, como tal, el acontecimiento. El “arte poética” del haikú planteada por Žižek, le permitió crear una escabrosa paráfrasis de Basho, pero contextualizada en las cámaras de gas de Auschwitz:
Los prisioneros se duchan
Mi dedo pulsa el botón
¡Los gritos resuenan! (138).
En nuestra actualidad, “líquida”, según la definió Zygmunt Bauman, son pocas las aseveraciones universales que se pueden realizar —la Ley de gravedad, la depredación del hombre al hombre, la muerte…— porque la posmodernidad se caracteriza por la caída de los grandes discursos. En este marco, lo esbozado por Žižek permite un acercamiento para escribir, comprender y adentrarse a ese fugaz, contemplativo y sorprendente microuniverso que es el haikú.
BIBLIOGRAFÍA
Žižek, Slavoj (2014). Acontecimiento. España: SextoPiso (2016).
IMAGEN
Almendro floreciente >> Vincent Van Gogh., Países Bajos, 1853 – 1890.
Armando Escandón Muñoz nació en Amecameca, Estado de México, el 28 de diciembre de 1981. Escritor, editor, técnico bibliotecario, Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas y maestro en Historia del Arte por la Universidad Nacional Autónoma de México. Cultiva el cuento, el ensayo, la fábula y el aforismo. Actualmente imparte talleres de creación literaria, es coeditor del proyecto editorial Maladrón, prepara tres libros de su autoría y un par de antologías.
En su faceta como historiador ha trabajado temas sobre la mexicanidad —y los imaginarios sociales— de finales del siglo xix y principios del XX, tales como: la china poblana, el pelado, el corrido mexicano y el Museo Nacional de Historia Natural.
Asimismo, en el campo de la animación a la lectura, le da vida al perro Diógenes, cuentacuentos, que utiliza la técnica japonesa del kamishibai (teatro de papel).
Entre sus publicaciones cuenta con una participación en la antología de jóvenes creadores Desde las islas, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México en 2007, y el libro de cuentos Ficcionario, editado por Maladrón en 2011 y presentado en la XXXII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.