Escribiré un poema donde pueda escuchar el eco de tu voz en la caída de las hojas de un jardín…
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Sienes, hebras de plata con sabor a violín y latido de ramas. Manos, alcatraz patiazul, desmenuzan pericia…
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Éste era un gato que no tenía los pies de trapo ni los ojos al revés, pero sí era dueño de una cola larga, larga como la esperanza…
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Yo, la paloma nereida ardiente entre celofanes y resuellos de un todo Él…
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Supe que te amaba la primera vez que te vi tocando el piano. Como si las teclas te susurraran sus secretos sometiéndose ante tu toque…
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El viento de Titanis 4 traía consigo partículas de silicio incandescente. Eran como agujas sobre la piel, pero Lyta Nax ya no tenía sensibilidad en la dermis desde hacía años…
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Si te preguntas cómo yo te digo grábate muy bien ésta, mi respuesta pronunciar nombradía es una apuesta cuando te escucho hablar se abren mis higos…
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En el ruinoso zaguán de los exilios cincelo fonemas, atrapo imágenes, acuño palabras…
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Los caireles de las arañas irradian estallidos de colores bajo los rayos del sol…