Por Alberto Navia
A mediados del siglo XX, entre los años 1955 y 1975, los Estados Unidos de Norteamérica se verían envueltos en una de las guerras más crueles de su, ya para entonces, larga historia bélica: la Guerra de Vietnam. Apenas 10 años después de terminada la Segunda Guerra Mundial ocurrió ésta que fue una de la guerras más documentadas de la historia puesto que la cobertura periodística de sus eventos fue casi total, por lo que los civiles de todo el planeta pudimos danos cuenta clara del horror y lo terrible de los conflictos armados.
A finales del siglo XIX, más de cincuenta años antes de que tal guerra sucediera, un escritor polaco llamado Józef Teodor Konrad Korzeniowski (conocido después con el nombre de Joseph Conrad) había publicado en la revista inglesa Blackwood un texto por entregas llamado Heart of darkness (El corazón de las tinieblas) en donde, de manera autobiográfica, relata sus peripecias en las tierras del État Indepépendant du Congo, una propiedad personal del rey Leopoldo II de Bélgica en el continente africano quien, con objeto de incrementar su riqueza, había subyugado a la población nativa imponiendo un régimen de terror con el único fin de incrementar la producción de caucho. En la novela de Conrad, un capitán inglés, Charlie Marlow, recibe una comisión para rescatar a un agente de primera de la Compañía, el señor Kurzt, que se encontraba perdido en el “país del marfil”, en lo profundo de los meandros del río Congo.
A finales de la década de los 70’s un director de cine norteamericano, Francis Ford Coppola, decidió dedicar su esfuerzo y su fortuna a filmar una reinterpretación libre de la obra de Conrad adaptada a la guerra de Vietnam. La película fue filmada durante dos largos años en Filipinas, lo que permitió a Coppola mostrar la verdadera violencia de la Naturaleza que muchas veces vuelve imposibles los planes humanos.
Inserta en el canon de los dramas bélicos Apocalypse Now es una verdadera joya del cine norteamericano que oscila entre la violencia brutal de una guerra y la filosofía de la vida. Un soldado del Ejército de los Estados Unidos recibe, como en la obra de Conrad, una misión para llegar hasta el emplazamiento perdido en las profundidades de la selva de Camboya de un soldado norteamericano rebelde: el coronel Walter Kurtz. Al igual que en El corazón de las tinieblas la trama se desarrolla en un río (esta vez en el río Mekong) y dentro de una embarcación, que en este caso es una lancha militar. Similar al Kurtz de Conrad, el de Coppola se ha vuelto loco pero con la diferencia de que este último ha creado un ejército de nativos que lo veneran cual si fuera un dios.
Con un guión escrito por John Milius en asociación con el mismo Copopola, el film fluctúa entre la música clásica, el rock y la poesía de T. S. Eliot; entre escenas de selva incendiada, combates relampagueantes, shows de playmates, surfistas en pleno bombardeo, discursos filosóficos, una lluvia apocalíptica, una tripulación que parece adolecer la misma locura que ha atacado al coronel Krutz e imágenes que parecen sacadas de un grabado de Gustave Doré. La película contiene algunas escenas que ya son épicas como la aproximación desde el mar de un escuadrón de helicópteros que atacan una aldea vietnamita al ritmo de la música de Richard Wagner y actuaciones soberbias como la de Robert Duvall en el papel del teniente coronel Bill Kilgore, un militar que se comporta como si fuese inmune a las balas y a los morteros y que dirige a su tropa cual si se tratara de la caballería norteamericana del siglo XIX. Esta actuación hizo que Duvall obtuviera una nominación al Oscar al mejor actor de reparto en el año 1979.
Coppola recurrió a un actor casi desconocido en aquella época para el papel del capitán Benjamin Willard (el equivalente del capitán Charlie Marlow de la novela de Conrad), Martin Sheen, quien logra una actuación a la altura del compromiso a pesar de ser apenas su cuarta aparición en la pantalla cinematográfica. Kurtz (Coppola decidió usar el mismo apellido del personaje original de la novela) fue interpretado por Marlon Brando, actor que ya se había consagrado anteriormente con el papel de Don Vito Corleone en otro film del mismo Coppola: El padrino. Brando logra encarnar a un Kurtz al borde de la locura en una actuación genial. Otro de los noveles actores es Laurence Fishburne en el papel de Tyrone “Clean” Miller, un soldado adolescente sumamente inquieto y nervioso, Fishburne cobraría fama más adelante con el papel de Morfeo en la saga de los hermanos Wachowski: The matrix. No podemos olvidar a Dennis Hopper en el papel del fotógrafo que vive en el campamento de Kurtz y que es el equivalente del arlequín de la novela además de un muy joven Harrison Ford quien cobrara fama con el papel de Han Solo en la saga de George Lucas, Star Wars.
Coppola y Milius logran una asimilación sorprendente entre el film y la novela de Joseph Conrad creando una verdadera joya del cine bélico que, además, cuenta con una banda sonora excelente. Todo esto rematado con la poesía de Eliot en la magnífica voz de Marlon Brando.
Así que en esta ocasión les invito a disfrutar de dos clásicos, para mí, imperdibles: la novela El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad y el film Apocalypse Now de Francis Ford Coppola para que puedan, a partir de ahora, decir con Robert Duvall: “I love the smell of napalm in the morning… smelled like victory”*.
* Amo el olor del napalm por la mañana… huele a victoria.