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Cuando la metáfora siente hambre
entre qué escombros
busca al poeta
si el vocablo tiene incendios
pero ni una vela para su infierno.
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Aquel escarabajo que empuja su estiércol
no desea volver a tocar al mundo
para no ensuciarse las patas ni el trasero,
y Dios, en la punta del trampolín con una venda en los ojos,
brinca y resbala avioncito de su infancia,
quiere ser escritor, pero no sabe dónde colocar una jota.
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El cuervo que se cría a sí mismo, desde la escuela, se arranca los ojos
para ver sus órbitas de lejos.
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Todos somos poetas cuando la metáfora está hambrienta
y con su antifaz escribimos lo que alguien a lo lejos llama verso.
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IMAGEN AL EXTERIOR
Mariposas de limón >> Técnica mixta >> Alias Torlonio