Viene de “Alimenta la tinta” (1/2)
—Tres días —se dijo para sí el detective Valencia en lo que volteaba la hoja para el día siguiente.
22 de Agosto de 20…
Un día más que se va, un día menos para el tatuaje. Es una cuenta regresiva extraña. Hoy no he visto a mi chico. Lo esperaré, no quiero presionar esto que tenemos, es muy bueno y ocasionalmente excelente…
Pasó el diario hasta el día 25, en el cual su descripción era amplia:
25 de Agosto de 20…
Hoy ha sido el día. No sé por dónde empezar, ya que todo ha sido tan caótico desde la mañana hasta esta noche. El sudor todavía recorre mi piel. El tatuaje me lo hice en el brazo. Esto es algo que quiero que lean mis hijos si es que un día decido tenerlos y sólo tú vas a enterarte de eso, mucho antes que cualquier otra persona… O libro en tu caso. Quedé de ver al chico en un callejón cerca de la escuela, donde nadie pudiera vernos. Avanzamos hacia la avenida principal. Dimos muchas vueltas, ya que pasamos por el centro comercial tres veces. Cada vuelta me preguntaba si es que me encontraba lista para lo que estaba a punto de hacer. Si una vuelta más hubiera ocurrido, no estaría describiendo el magnífico y aterrador trabajo que ha hecho el tatuador.
Sucedido esto, entramos al centro comercial. He pasado muchas veces por ahí y nunca había visto una “tatoo store”. Así que me llevó al sótano. Llegamos a donde estaba una camioneta negra. Tuve miedo, pero él me sostuvo fuerte de la mano y avanzamos hacia la camioneta. Ascendimos y fuimos algo lejos de la ciudad.
Al llegar, hallamos un pueblo extraño y una carpa, como si fuese un circo, atravesando la intersección con la carretera. Ahí estaba el establecimiento.
“Sólo sueña”, me dijo y abrió la puerta de la camioneta.
“Te estaré esperando. Una última cosa… Sueña profundamente y lo tendrás”.
Entré al lugar. Estuve a punto de dejarlo por la parafernalia del sitio, pero ya estaba ahí. Además temía que de no hacerlo, el chico junto con los de la camioneta me harían algo. El sitio tenía una pequeña recepción, un viejo mueble de cristal que mostraba un cúmulo distinto de piercings. Al lado, revistas de tatuajes. Sobre él, cráneos. Colgados en el techo, más cráneos. En las paredes, cráneos reducidos y máscaras de tribus antiguas. En el fondo, una chica se iba acercando a recepción. Tenía el cabello blanco y usaba unos pupilentes amarillos que sobresalían de la fantasía. Parecían sus ojos reales.
“En unos momentos será tu turno”. Aquella voz salió de alguna parte, pero no de ella, como si hubiese entrado en mi cabeza y repetido la frase una y otra vez.
De fondo, una pequeña carpa iluminada con luces rojizas y azules, el tatuador trabajaba. Al hombre, sobre la camilla, porque era una camilla del servicio médico donde tatuaban, se le veía completamente tranquilo, como en un sueño profundo, mientras el hombre trabajaba en su arte.
“Sólo sueña”, recordé. Y eso sucedió, empecé a soñar y a quedarme dormida. Hacía calor en la carpa y…
Bueno, desperté en la camioneta con el chico y los secuaces de negro.
“Te quedó excelente. ¡Mira que obra!”.
Me miré el brazo y, algo asustada por lo ocurrido, tuve que guardarme los sentimientos mientras el chico hablaba mucho. No recuerdo ni una palabra de lo que dijo; repetía constantemente “Alimenta la tinta” y no se todavía que significa. Imagino que será untarme crema sobre el brazo para que esta hermosura no se reseque o pierda el color.
Mi tatuaje es un monstruo con el que soñé desde hace tres días; marino, humanoide, con escamas verdeazules, emergiendo del mar. Su rostro, triangular y su boca conspicua, abriendo sus fauces con enormes y afilados colmillos. Su ojo, el único que puedo verle debido a su perfil, es enorme y blanquizco, como los que tienen los monstruos marinos de las zonas abisales de los océanos. No ve, intuye donde está la salida y va hacia ella, totalmente decidido.
Alimentaré la tinta antes que mis padres lo vean. Usaré algunas playeras de manga larga para evitar que lo vean y pierdan el juicio. Estoy feliz, diario. He hecho algo de lo que me siento orgullosa.
***
26 de Agosto de 20…
He soñado con este monstruo otra vez. Nada hacia mí. Desconozco mi posición en el mar, pero soy su víctima. Puedo sentir cómo se acerca y abre sus fauces malignas. Despierto antes de que llegue. Me aterroriza un poco la idea. Iré a ponerme crema, mis padres ya durmieron y no quiero perderlo.
Sé que no debí escribir esto hasta mañana… El tatuaje se ha movido de lugar. Estoy segura. Llamaré al chico. No, mejor no; pienso calmarme y dejar que esto se vaya a la mierda. Estoy nerviosa porque pueden descubrirme y hacer un escándalo por un trabajo en mi piel. Voy a dormir. No, antes la crema. Sí, eso es…
***
27 de Agosto de 20…
Segura estoy, segura… He soñado otra vez con este ser y me persigue a todas partes. He llamado al chico y no puedo encontrarlo por ninguna parte. Iré a buscarlo a su casa. “Alimenta la tinta”, no lo entiendo. Y estoy segura que este tatuaje se mueve día con día. No es mucho, mas lo hace. Tomaré pastillas para dormir tranquila. Y la crema, sí, la crema. No veo que se decolore… Hay que alimentar la tinta. ¿No?
El sonido de la puerta exasperó a Valencia.
—¡¿Quién?!
—Becerril. Aguirre pregunta por usted ahí abajo, detective. ¿Está todo bien?
—¡Estoy realizando una investigación! ¡No quiero que nadie me moleste!
—Entendido, detective. ¿Le traigo algo?
—¡No quiero nada! ¡Sólo váyase!
Valencia retomó la lectura, secándose el sudor de la frente.
28 de Agosto de 20…
Oficialmente estoy asustada… Esta cosa se ha movido y me mira. No soñé con él, fue tanto el poder del somnífero que no llegué a las primeras horas de clase. Debo tomar un descanso mayor. Hoy no tomaré somníferos, intentaré no pensar en el tatuaje. Esto es una pesadilla real. Y no voy a decirles a mis padres, será una catástrofe.
***
29 de Agosto de 20…
Reaparece el animal acuático en mis sueños. El tatuaje ha vuelto a su sitio. “Alimenta la tinta”. No es la crema. Debo soñar con él. Hacerlo que navegue en mi mente. ¿Será? No entiendo nada. Y no encuentro al chico. Muy aparte de requerir una explicación, tengo ganas de tener relaciones sexuales con él. Extraño tanto que me toque. Quiero que me toque… ¡Quiero que lo haga!
***
2 de Septiembre de 20…
No faltan páginas, diario, tampoco he querido molestar tus hojas con mis quejidos diarios. Me empiezo a volver loca… No entiendo nada. La bestia me devora en pesadillas. Los días que no le permito hacerlo, días en que tomo somníferos o no duermo, siento cómo se mueve entre mi piel y carcome los hilos de mis músculos, retorciéndose lentamente, dentro. Quiero arrancármelo, pero es tan bello. Tal vez eso significa “Alimenta la tinta”. Diría mejor “Alimenta la bestia”.
***
7 de Septiembre de 20…
5 largos días diario. ¡5! Escribo con número porque me estoy volviendo loca. Ya no es un simple sueño, ya lo escucho. Puede aletear tan fuerte que el sonido que hace al partir el agua es tan perceptible. Repta hacia donde me encuentre, en la escuela, el comedor, el camino hacia el autobús, en el subterráneo. ¡Esto no es real! El tatuaje no se ha movido. Esta cosa me está devorando en sueños y en la realidad. ¡Quiere volverme loca! No pienso dormir, esta noche tengo mucha tarea y no pienso caer.
Nuevamente la puerta sonó desde fuera. El sonido de la trifulca en las calles era mayor.
—¡Valencia! ¡Soy Aguirre! ¡Abre, hermano, ¿qué carajo haces ahí dentro?!
—Investigando… Investigo… Este caso es tan… Tan… ¡No me molestes ,Aguirre! ¡Saca a la prensa de aquí! ¡Saca a todo el mundo! ¡Sácalos a todos!
—Derribaremos la puerta si es necesario.
—Dame unos minutos y te prometo que saldré.
—Está bien. La situación se está tornando tensa y te necesitamos. No sé qué demonios estás haciendo ahí encerrado, nos ayudas más afuera que leyendo dentro.
—¿Cómo sabes que estoy leyendo?
—El chico que llegó primero, ¿Matos?, ¿Mateos? ¿Matosas?, ¡qué sé yo!. Nos dijo que tenías un diario en tu poder y te habías encerrado en el baño a leerlo. Ojalá no sea pornografía.
Aguirre soltó una risotada.
—No tardes, deja descansar al amigo un rato, iremos por unas chicas si quieres, pero no hay que recurrir a esto.
—¡Cállate que salgo en un momento!
Valencia tembló.
—¿El… baño?…
17 de Septiembre de 20…
Es inexplicable. No puedo contenerlo… Es demasiado. Un día me traga en sueños. Se arrastra hacia mí en la escuela. Toca la puerta de mi habitación antes que duerma. Si no duermo, a las 10:05 ya está en su apogeo, moviéndose. Lo he visto. He grabado con mi celular el suceso. ¿Y sabes qué hallé? ¡No veo nada en el video! ¡Nada! ¡¿Y sabes lo que es eso?! No… No sé, me estoy trastornando. Quiero arrancarme el brazo. No puedo… No puedo hacerlo… ¿Y si esto no existe? Tal vez… ¿Sabes? Tal vez nada sea real. Voy a dormir otra vez y trataré de soñar cosas lindas, como antes, con mi chico, al cual no encuentro… Le extraño. Quiero que me abrace alguien. Te abrazaré si no te molesta…
***
18 de Sept…
Basta de fechas… Todo igual. No sueño más que con esa bestia acuática. Viene por mí todas las noches. 10:05 se mueve entre mi piel si no me duermo. Ni un minuto más ni uno menos. Trato de grabarlo y es imposible. Es más, ni siquiera se ve el tatuaje en el video. Algo sucede y ya no sé qué hacer.
***
21, 23, 24, 25…
Y sigo contando los días querido diario… No aguanto esto…
***
3 de Octubre…
¡EL MES DEL HORROR ESTÁ CERCA Y ESTA COSA NO SE VA! ¡NO SE VE! ¡NADIE SABE LO QUE ES! Lo han visto varios, pero nadie ve cuando se mueve. Han preguntado dónde me lo hicieron. ¿Estaría dispuesta a condenar a alguien más?
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4 de Octubre…
¡He visto a mi chico! Y… ¡PUTA MADRE! ¡NO ME RECONOCIÓ! Sus malditos gorilas me alejaron de él. Le hablé del tatuaje, se lo mostré. Sus ojos brillaron, como nuestra primera vez. Me dijo: “¿lo estás alimentando?”; y yo le dije: “claro y me carcome el sueño”; y él me dijo: “es perfecto vas por buen camino”; y yo le dije: “pero ya no puedo descansar”; y él me dijo: “es el precio de un bello tatuaje que tanto anhelaste”; y yo le dije: “no lo anhelé”; y él me dijo: “apuesto que sí”. Y recordé que el día anterior me obsesioné tanto al ver una película del monstruo de la Laguna Verde… Yo cree mi pesadilla…
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13 de Octu…
¡BRE! ¡ESTA MALDITA COSA SUBE Y SUBE HASTA MI CABEZA! ¡EN MI SUEÑO ESO SE COME! Y CADA NOCHE COME Y COME MÁS D EMI Y SI NO DUERMO SE MUEVE HASTA MI CUELLO Y SUBE POR LA NUCA Y LUEGO…
***
25 de Octubre…
Ya casi es noche de brujas… Estoy tranquila. No he dormido en mucho tiempo. Y cuando lo hago tomo los malditos somníferos. La bestia se ha ido y el tatuaje también. Ya no lo siento… Creo que me he librado de él.
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26…
¡ESTÁ EN MI CABEZA! ¡ESTÁ EN MI PUTA CABEZA! ¡NO PUEDO SACARLO! ¡SIENTO COMO NADA ENTRE MI CEREBRO Y MI CRANEO, BUSCANDO EL PUNTO MÁS DEBIL! He tomado toda clase de pastillas y nada funciona. ¡QUIERO SOÑARTE DE NUEVO! ¡VUELVE A MI BRAZO! ¡SOÑARÉ ESTA NOCHE! ¡VEN! ¡TE VOY A DAR DE COMER…
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7 Nov…
Me he cansado de escribir… Me he cansado de contar… Me he cansado de tomar pastillas…. Me he cansado de soñar… Me he cansado… de vivir…
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12 Noviembre
Día final. Siento cómo se come mi cabeza. ¿Saben? Lo hace por las noches. Empieza a las 10:05… ¡Y NO TIENE PARA CUÁNDO ACABAR! ¡MÁTAME YA!
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16 de Noviembre.
UNA TRIFULCA HORRIBLE FUERA. ESCRIBO RAYONES. AYÚDENME. GRACIAS PAPÁ. PERDONA MAMÁ. EL MONSTRUO ME COME. SE COME MI MENTE. ESTALLARÉ PRONTO. ABRAZARÉ EL DIARIO, ÚNICO AMIGO Y CONFIDENTE. NO VAYAN CON EL CHICO DE LOS TATUAJES ARCANOS. NO VAYAN A LA CARPA DE LAS AFUERAS DE LA CIUDAD. BÚSQUENLOS Y MÁTENLOS. ELLOS HAN VUELTO. ELLOS ESTÁN… E… E………
Y tras esto, una explosión de sangre sobre aquella hoja.
Valencia, aterrado, con mano trémula, dejó caer el diario. Lloró amargamente. Fuera, sus compañeros golpeaban la puerta para que saliera. Ya no eran golpes leves, estaban pateando la puerta para abrirla.
En efecto, el sitio al que había entrado era el baño de la casa de la chica. Lo que vio, antes de entrar, fue la vieja habitación de su pequeña hija fallecida hacía dos años. Un joven, meses después del funeral, le otorgó un servicio de tatuajes. Se tatuó el rostro de su hija en la espalda, junto con su nombre.
La escuchaba cada noche. No dormía, no quería verla una y otra vez arrancándole la piel. Miró su espalda. Era hora…
La puerta se abrió de golpe. Aguirre pudo verlo. La espalda del detective se arqueó, para luego ceder ante una presión fantasmal. El sonido estruendoso de los huesos rompiéndose y de cada ligamento abriendo paso al mal interno era inaudiblemente aterrador. Valencia cayó al suelo, gritando de dolor, más allá de este mundo. La explosión siguió a esto. Los gritos se acabaron. Sangre por todas partes. Lo que quedó de Valencia se dejó caer en el suelo del baño. Hallaron el diario cerca de su mano. Mas, en ninguno de los casos ocurridos hallaron los tatuajes descritos.
IMAGEN
El joven dibujante >> Jean Siméon Chardin., Francia, 1699-1779.
Jezreel Fuentes Franco (Lord Crawen) nació el 29 de Junio de 1986 en la Ciudad de México. Estudió Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica en el Instituto Politécnico Nacional; desafortunadamente, su pasión por la literatura y la música lo lleva a formar parte del taller de creación literaria impartido por el profesor Julián Castruita Morán y del taller de creación literaria impartido por el profesor Alejandro Arzate Galván. Participante de Concursos Interpolitécnicos de Lectura en Voz Alta, Declamación, Cuento y Poesía. En 2014 fue finalista del Concurso Interpolitécnico de Declamación. Participó en 4 obras de teatro de improvisación, las cuales fueron presentadas en los auditorios de la Escuela Superior de Ingeniería Textil y en el Cecyt 15. Ha realizado ponencias en eventos de “Literatura del horror” en el auditorio del centro cultural Jaime Torres Bodet. Publicó algunos trabajos para el portal electrónico “El nahual errante”. Actualmente, se desempeña como ingeniero de procesos de T.I.