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Por Vladimir Espinosa
¿A dónde corres imprudente a decir poemas?
No propicia nada el oficio de poeta, amigo.
¿A dónde andas presuroso con la poesía?
Esa inspiración divina sólo la veneran locos,
jóvenes, artistas y uno que otro enamorado.
Y con todo, no hay quien dañe recitando poemas,
¡Nadie es tan bárbaro para pensar semejante idea!
Y si la poesía no daña, entonces trae alguna cosa buena,
oficios y beneficios, admiraciones de la sacra vida.
Embebida está el alma de cantos y armonías,
¡Tristezas, meditaciones y alegrías están en la poesía!