Entrevista a Álvaro Vélez
por Zebastián Cizul, 2023
Solo acepto el pasado, es lo único que puedo comprobar porque está en mi memoria. Si bien es probable que no recuerde las cosas tal cual sucedieron, la vestidura allí está; lo que recubre al hecho vivido es inmutable; los detalles son los que podrían no ser precisos. Ahora, el pasado que existe solo es el mío, porque está en mi memoria.
Comentaste en alguna ocasión que el tiempo solo es uno, ¿solo es el pasado?
Creo que me sirve… este estado… el del pasado… para hablar del tiempo, pero realmente creo que el tiempo solo es uno, sin estados, ni pasado ni presente ni futuro; solamente es. Y lo que prueba su existencia es mi memoria; allí se queda grabado lo que ocurre. Está el hoy, mis experiencias anteriores y mis visiones de lo que podría ocurrir. En mi mente está ese tiempo único.
Afuera necesito de medidas: horas, minutos, segundos; de verbos: jugué, trabajaré, pienso; conviene para la sana convivencia social. Sin este control del tiempo la existencia sería imposible.
Permíteme recurrir a los tiempos del tiempo para hacerte la siguiente pregunta. Es argumento conocido señalar que el presente no existe porque es demasiado efímero; pasa súbitamente y se convierte en pasado. Se dice también que el futuro cuando ocurre se vuelve ese presente efímero… y volvemos al inicio; a la idea de un pasado eterno… Sí, la pregunta es entonces: ¿el arte dónde se halla; en qué tiempo del tiempo?
En el pasado, por supuesto. Aun el arte de la ciencia ficción, de las utopías, del apocalipsis. “El arte es memoria. Es el recuerdo de aquello que fuimos”, dice Svetlana Alexiévich en uno de sus libros. Estoy de acuerdo.
¿Te gusta el pasado?
Me gusta el tiempo, sí, me hallo bien ahí. Tal vez deberíamos llamarle al tiempo: “pasado”; ese debería ser su nombre: “pasado”. Somos tiempo; somos pasado. Recordé una frase de Viktor Frankl: “…y haber sido es también una forma de ser, quizá la forma más segura de ser”.
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*Fragmento de Otras Memorias Falsas
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Reloj blando en el momento de su primera explosión >> Salvador Dalí., España, 1904-1989.
Zaid Carreño (México, 1973) es Licenciado en Ciencias y Técnicas de la Comunicación, profesor universitario desde el 2000. Inicia su actividad literaria en 1992 en Crunch! Editores y la revista Publicarte. En 2009 publica su primer libro Crónica de un día extraño. En 2011 sale a la luz su primera novela, Hégira. Mientras prepara su segunda novela, se integra a un proyecto que comunica las artes plásticas y la literatura, que culmina con la publicación de La bombilla sobre el plato y sus alrededores. En 2014 publica la novela Memorias Falsas, y en 2016 la reedita con Chiado Editorial, acercando su trabajo al viejo continente en la Feria Internacional del Libro de Lisboa. Publica el Manifiesto de lo Infinito en 2017. En el último lustro ha participado en la elaboración de guiones para corto y largometrajes; Entre Luces, de Irving Uribe Nares, se presentó en el GIFF 2018.
