UNA REFLEXIÓN CRÍTICA SOBRE EL INTERTEXTO A PARTIR DE VISIONES DE OTRO REINO DE FERNANDO SALAZAR TORRES

por Armando Escandón

Por Armando Escandón

El intertexto se define,[i] grosso modo, como la reutilización de un tema o concepto ya antes creado en una nueva obra.[ii] En prácticamente todas las disciplinas artísticas se pueden encontrar piezas donde se aplica la intertextualidad. Para ilustrar el texto de ArmandoPor ejemplo, en la escultura un caso paradigmático se dio durante el Renacimiento, donde tres de los más grandes escultores de la historia trabajaron un mismo tema. Me refiero al pasaje bíblico de David (Samuel, 17, 1-58) y los tres artistas en cuestión fueron Donatello, André Verrocchio y Miguel Ángel Buonarroti. Cada uno de estos escultores se apropió del tema y lo desarrolló hasta donde sus facultades se los permitieron. En el caso de la música bien se puede recordar a Richard Wagner quien, inspirado en la literatura, creó El anillo de los nibelungos y Tristán e Isolda —el primero de origen anónimo y el segundo nacido de la pluma de Godofredo de Estrasburgo—; y ya en el caso mismo del mundo de las letras, el recurso de la intertextualidad es cotidiano: El Fausto de Goethe tiene como punto de partida una leyenda de la Alemania renacentista, a su vez, Thomas Mann retomó la misma historia en su Doctor Fausto; otro caso de la intertextualidad y reapropiación de un tema se ve en la historia de don Juan, pues dicho motivo fue tratado por Molière, lord Byron y el mismísimo José Zorrilla —sin olvidar los vasos comunicantes con El burlador de Sevilla y El convidado de piedra de Tirso de Molina—; y por si quedaran dudas sobre la aplicación del intertexto en el ámbito literario, cito como último caso otras dos obras magistrales: La Odisea de Homero y la reapropiación realizada por James Joyce en su Ulises, donde por medio del puente de la intertextualidad se une el mundo helénico con una de las novelas más transgresoras e influyentes del siglo XX.

Y ya en este momento puedo poner una hipótesis sobre la mesa: no es sólo que se use un recurso o motivo ya aplicado con anterioridad —léase intertexto—, sino es cómo se le trata, qué se le aporta. Retomando los casos de las esculturas del David, se puede ver que Donatello y Verrocchio crearon piezas muy similares —ambos usaron como materia prima el bronce y erigieron a su David victorioso, con la cabeza de Goliat a los pies—. En cambio, Miguel Ángel se alejó de ellos, se atrevió a caminar por nuevas rutas, aunque el tema en cuestión tuviera como antecedente el pasaje bíblico milenario y el magistral trabajo de sus dos antecesores. Buonarroti prefirió esculpir en mármol y situar a su David dubitativo, antes de entrar al campo de batalla contra el gigante filisteo.

La breve exégesis anterior viene a colación porque en esta oportunidad presentamos el segundo libro de Fernando Salazar Torres: Visiones de otro reino, poemario donde el intertexto no sólo es un elemento más, sino que es la piedra angular de esta propuesta poética. El autor coloca al protagonista en medio de un luto amoroso: cumplido un año de la muerte de la amada, decide —como en su momento lo hiciera Orfeo por Eurídice— descender al inframundo para tratar de rescatar el alma de su querida.

Ya en este momento, en el poemario es tangible el intertexto órfico, no obstante, Fernando Salazar no deja ahí la aplicación del recurso, genera un nexo con otra obra cumbre de la literatura universal: La divina comedia de Dante Aligheri. Y como ya lo señalé, no se trata únicamente de reutilizar temas ya cultivados, sino de marchar por nuevos horizontes, explorar derroteros poco transitados, tal como hizo Miguel Ángel con el David. Por tanto, la aportación de Visiones de otro reino radica en reclamar para un poeta latinoamericano el lugar que ocupara Virgilio en la obra de Dante. Me refiero al caso de Vicente Huidobro, quien en la encarnación de Altazor conduce y protege al protagonista por los recovecos de los abismos infernales.

Históricamente, gracias al Internet, estamos en un periodo donde como nunca antes la sociedad está conectada y puede generar miles de discursos en cuestión de segundos. Así, en este contexto, las obras artísticas que funcionan como caja de resonancias y comunican no sólo un mensaje, sino varios códigos a la vez, como es el caso de Visiones de otro reino, son valiosas y encomiables.

Precisamente, Visiones de otro reino refunde temas trascendentales en la literatura universal y nos atrevemos a calificarlo de ser un texto “metapoético”, es decir, la poesía hablando de sí misma. A través de 12 textos —tratados con un lenguaje intenso y culterano—, Fernando Salazar nos lleva a un peregrinaje por el inframundo, donde —como suele acontecer en todas las grandes aventuras— el protagonista que sale, no es el mismo que vuelve. Visiones de otro reino no refiere sólo el descenso al hades en busca de la amada, como lo hicieran Orfeo o Dante, también es la apuesta lírica del poeta por ir a su interior, recorrer sus sentimientos, luchar con sus demonios y renacer. El autor, en este poemario, se arrojó al infierno sin paracaídas. Y ahora, merced a este libro, tenemos la oportunidad de compartir este viaje con él.

México, D. F., 24 de junio de 2015.

*

Fernando Salazar (Ciudad de México, 1983) es poeta, ensayista y forma parte del consejo editorial de El Golem editores. Ha publicado en diferentes revistas y gacetas. Cuenta con dos libros de poesía: Sueños de cadáver (2010) y Visiones de otro reino (2015).

En la parte académica, posee una licenciatura en Filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (UAM-Í), asimismo es Maestro en Humanidades por la misma casa de estudios. Actualmente imparte cursos de diferentes temas vinculados con la literatura y la filosofía.

A continuación presentamos algunos textos de Visiones de otro reino, libro que les invitamos a leer:

PRESENCIA PARA OLVIDAR

Antes que las fechas intercambien sus rostros a ocasos, el juego de inventar perdura el tiempo de un hombre desgastado por acordarse: Yo perpetúo los hechos en el calendario, es un acto de amor. Si siguiera parado frente al espejo, irreflexivo, quedaría obscuro, y un velo me ahogaría en el arroyo de la lágrima. Los ciclos dialogan en espiral, pensamiento tortuoso, danza de desorden y mesura. Es momento de sanar, mas he tenido la pena de resplandecer marchito. Se cumple el año de tu ausencia y mi espera terminó. La Providencia ha cantado mi desequilibrio. Tu no-estar gravitó siempre hondo, precipicio que cavaba mis huesos como la paloma perforando un árbol. Me acostumbré a habitar solitario, lejos de tu sombra, amenazado a ser preso si seguía las huellas de ti, tú, la Melancólica pérdida de elevarse confusa.

Ahora eres eclipse. Eres mi ceguera: Esta inesperada catarata trastorna mi visión y se olvida y regresa y se olvida. Soy el ciego nublado por tu figura disipada en mi suspiro. El cosmos es un mapa impreciso, me concede los caminos de resignación, y mis decisiones cambian el orden en las líneas astrológicas de mis manos. Ya es momento de romper el sortilegio.

El recorrido de mi descensión se efectuó sir demora, nunca me arrepiento, siempre otorgado a las fantasías de elegir. Atravesé el espejismo, división de lo mortal e inmortal. Llevo la carga apretada entre mis costillas. Seré mareo salvado por un beso de agua. Un círculo de fuego me invita a buscarte.

*

DÍA UNO. MI CAÍDA (fragmento)

Arriba y abajo dos seres se encuentran y desencuentran

A derecha e izquierda el alba cae

Olvido que soy efímero

Apunto mis recuerdos en las hojas temporales

Me confieso a la estrella Altazor

contenida en el horizonte

Reconoce mi suerte     su claridad es mi guía

La constelación me revela la ruta

Recorro el lienzo atmosférico de los paisajes

Voy bajando por las inacabadas sonrisas del mundo

Una nave de aire me dirige hacia las raíces

Resbalo como un otoñal vaivén

Las hojas de mis años se deshacen por la ventisca

Las letras de la noche son confusas

Cómo decir cielo si estoy abismado

Cómo recordarla

si olvidó todos nuestros lugares

¡Cuándo volveremos al sitio de los enfados

donde sus voces me hablan y me niegan![…]

*

DÍA CINCO. LA EXPULSIÓN DEL INFIERNO (fragmento)

Sé del aspecto de los espíritus

porque yo fui alimento de su dolor

Me quemé con el alma viva en la boca

y los brazos abiertos a la ruina de Aqueronte

Ella sigue contemplando mi final y la negación

Su derrumbamiento fue a la misma eternidad de mi caída

Decidí venir a buscarte en los linderos y el tiempo no se habrá

consumado cuando yo esté de vuelta cuando el desenlace venga

otra vez y camine en los hipogeos y esté en esta región donde

nos despedimos con los labios abiertos al total fuego y los huesos

huérfanos de amor Me destierran Soy el extranjero

Ella grita porque se destruye en mil pedazos

Intenta reconocerse entre sus delirios

Ella es una soledad de lágrimas vuelta agujas

Castigo inmortal cumple el cansancio e infortunio

Nudo de asfixia y anhelo se enlazan eternos

Todos los ríos desdeñan tus nombres

Infinitos los idiomas no terminan de pronunciarte[…]

*

[i] Este texto se leyó en la presentación del libro Visiones de otro reino de Fernando Salazar Torres, el 24 de junio de 2015, en la Casa del Poeta “Ramón López Velarde.”

[ii] A quien le interese desarrollar un acercamiento al concepto de intertexto, se le invita a iniciar el recorrido con el libro: Helena Beristáin, Alusión, referencialidad e intertextualidad, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Filológicas, 2006. En dicho material la autora revisa el tema en cuestión mediante un análisis de las ideas de diferentes investigadores interesados en la intertextualidad como: Mijaíl Bajtín, Roland Barthes, Gerard Génette, entre otros.

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