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Por Víctor Hugo Pedraza
.
Son las veces que destruí
mi consciencia,
luego de reparar el silencio
que corre en el viento.
Son los años
andados con la pesada carga
del pasado,
ajenos al presente.
¡27 veces intentando olvidarte!
Veintisiete,
el número que multiplica mis deseos,
los desata sin decoro
por el diurno camino insensible
de la razón.
Tal vez sólo es una fecha:
el día que deba desaparecer
o dejar de creer en las palabras
o sólo escuchar el no de tus labios.
Veintisiete,
número nocturno,
irreverente,
desagradable.
27,
los mutilados gritos
del alma esperando el suspiro final.