El árbol seco cae sin ruido en el bosque y la hojarasca le tiende un colchón…
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Un ave cruza llorando la hermosa ciudad que ordenara fundar Huitzilopochtli…
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Lléname de casualidades, de tus deseos, de robustas caricias. Lléname de instinto intrépido, de valentía diáfana…
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Inserta en la seda porosa y diáfana que cobija sus sueños apegada al respiro de su andar atuendo fiel en transiciones adversas…
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Aunque la temporada todavía no comenzaba, en la playa había muchas personas. La gente se cambió sus grises ropas de oficinistas por trajes de baño…
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En los afanes de los días, Sonia olvidó la monotonía y los reclamos de Federico, su jefe de turno. La economía se desvaneció y no era su culpa…
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Una perra pastor belga mallinois y una caniche de nueve kilogramos nos miran y se lamentan cuando hacemos el amor…
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Quisiera iniciar con la frase “había una vez una fábrica de chocolate”, pero el uso de estas palabras remitirían a un posible cuento de niños, y este relato, les aseguro, no tiene …
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Ando descalzo, estoy perdido y con la sensación de haber estado cargando al lomo una ballena que en algún momento he debido perder por algún rincón…