Como un letargo fluorescente
se siente la caída, me veo y tengo marcas en todo el cuerpo,
despierto porque el golpe me ha dolido,
me ha dejado sin aliento,
sin sentido, sin razón, sin ser; sin estar.
.
Abro los ojos y hay silencio,
un silencio infinito que me permite escuchar los latidos del corazón,
la respiración y mis pestañeos.
.
Mis lágrimas brotan, —siempre supe el final y nunca me detuve—
¡Me lo digo con rabia!
me reclamo,
me juzgo,
y luego me abrazo.
Siento una extraña calma que me dice en voz baja: todo terminó, el carrusel se detuvo,
perdiste.
.
Entonces, sonrió por perder y sonrió por caer y sonrió llorando
y sonrió porque todo terminó.
Y empiezo a incorporarme del suelo, limpio las piedrecillas de mis rodillas, me sacudo
el polvo.
.
Estoy desnuda y no siento frío.
.
Me veo a través del reflejo de mi sombra y me reconozco
y me abrazo de nuevo.
Todo acabó, me repito.
entonces me río a carcajadas,
me siento aliviada,
no hay más fondo,
no hay más sombras, las he visto todas.
No hay más carrusel.
¿O sí?
Y me invade el miedo
y me lo pongo en un brazo para no olvidar que siempre
todo puede salir mal.
Y en el otro brazo me amarro la luz que siempre me guio y que no hice caso,
porque desafiar la vida es mi don y subestimar los límites se ha vuelto casi mi obsesión.
Y la enciendo aún más para que me encandile.
.
Y empiezo de nuevo, una vez más hasta volverme a equivocar,
pero con la certeza de que los viejos caminos ya no serán mi ruta de andar.
Me prometo muchas cosas, que quizá no las cumpla,
me prometo fallar con plena consciencia y follar sólo con amor,
y me prometo perdonarme cuando me vuelva a fallar y cuando folle sin amor,
porque recuerdo que soy humana
y la existencia es simple cuando eres letal, ¡digo mortal!
.
Empiezo de nuevo, por el otro lado, por el difícil,
que el fácil es para cobardes y cobarde yo no soy
—pero lo fui y a veces elijo serlo—.
.
Y me acuerdo del ego, entonces vuelve y se me posa
y vuelve el orgullo de las certezas logradas y la seguridad.
¡Me siento lista!, lo digo en voz alta.
Ya no hay nada que me pueda romper más de lo que ya me he roto.
Estoy lista, me repito.
Y me creo.
.
IMAGEN AL EXTERIOR
¿Y quién es esa mujer? >> Alex Stevenson Díaz., Bogotá, Colombia, 1962.
Jexx Tupiza, Jéssica Valeria Tupiza Lima, (Pichincha, Quito, Ecuador 1992) es Escritora, Community Manager, Lda. en Comunicación Social con énfasis en periodismo, y Educadora. Autora de dos artículos de investigación periodística: “Factory, siete años de impunidad” (Revista Plan V, 2015) y “Los padecimientos raros que el Estado no tiende” (Revista Plan V, 2015). También es autora del FotoReportaje Playa de Oro, la selva de esmeraldeña cargada de ancestralidad (Medio digital Relatos esmeraldeños, 2022) y del artículo “El Estado es el ruido, el pueblo la melodía” (Medio digital Enpoli, 2022). Ha participado en 2017, como locutora en Wambra Medio Comunitario, y en 2020 en Muvao, proyecto de rescate de la memoria oral del Ecuador a través de la narración. En agosto de 2022 estrena su proyecto personal de escritura de pensamientos, en la plataforma de IG @pantera. _blog, espacio poético y transdisciplinario, y en septiembre el proyecto fotográfico @foto_pixxelada, fotografía nómada amateur.