IV
Anhelaba tanto retomar mis actividades diarias, es por eso que en el primer momento en que recibí la llamada de mi jefe pidiéndome que me presentara en la oficina, no lo dudé ni un solo momento, tomé mi mochila y salí.
El camino se me hizo un poco largo, no recordaba tener que caminar tanto, sin embargo, iba rodeado de la curiosidad y un poco de ansiedad. Según yo, no había habido bajas en la empresa, o al menos no recibí el correo de Recursos Humanos, pero la pregunta era la misma: ¿sería igual después de lo que pasó?
Al llegar al edificio, intenté saludar con la misma animosidad con la que me fui, sin percatarme que el personal de la puerta era nuevo. No me devolvieron el saludo. Tomé el elevador para dirigirme al quinto piso, el tan querido y criticado quinto piso en el que una serie de fulanos se encontraban todas las mañanas con la misma intención de hacer un “algo” que lograra que la empresa siguiera funcionando, esos mismos fulanos que después se paseaban por el famoso piso 12 al que no invitaban a nadie que no fuera digno de pertenecer al piso 5, yo después de tres años en la empresa recién me había enterado de la magia que hacíamos en el piso y de nuestro desenfreno en el piso superior, cuando la verdad era que en el piso 5 éramos cuatro que con trabajos se saludaban, se perdían en la computadora y a las 3:00, como relojitos, nos subíamos a fumar y a comer un sándwich. No había magia, ni siquiera había un secreto, aunque los del piso 3 lo anhelaban y hacían mucho ruido por esa gran bolsa de aire. Actualmente, el piso 5 se había convertido en mi sala, y el 12 en mi cama. Ahora los del piso tres estaban en igualdad.
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IMAGEN
Cinc >> Óleo sobre cartón >> Alias Torlonio
Rodrigo RAVZ es egresado del Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, también es egresado de la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM. Tomó una especialización en Dramaturgia. En este campo ha ganado diversos premios y ha creado obras como “De cuando me suicidé”, monólogo que se ha representado en México y Colombia, aparte de obras como “Infierno negro” y “Teatro muerto”, también ha participado en las adaptaciones al teatro de las películas “El casto Susano” y “Salón México”, entre otras. Sus trabajos de investigación giran en torno al teatro novohispano, aunque, si de cuentos se trata, siempre elegirá primero a Edgar Allan Poe.