Todas las tardes espero ansioso que el viejo reloj de la iglesia indique con sus gruesas campanas que son las 5:00 de la tarde. El sol comienza a bajar y la vida en la calle toma un ritmo apresurado. Entre sus muchos rincones hay algo bueno y bello, no sé qué es, sin embargo, logra mover a tantos al mismo tiempo.
Así como yo estoy pendiente de la hora para salir al encuentro, muchos otros esperan a quien llegará después de una larga jornada de alejamiento.
He terminado las actividades de este día, nuevamente esa bella sonrisa me saludará y después se refugiará en el cielo, esta noche, para iluminar mis sueños.
Debo acudir a nuestra cita, arreglado, con el pelo acomodado, en su lugar, la cantidad justa de loción y los zapatos bien limpios. Mi abuelo insistía siempre en que una persona honorable debía tener los zapatos impecables y, ¡listo! He terminado de lustrarlos.
Me pongo mi abrigo. Reviso los bolsillos del pantalón, encuentro mi cartera, confirmo que tengo dinero, la regreso al bolsillo, tomo las llaves y cierro la puerta por fuera. En la calle el viento es fresco. Comienzo a caminar rumbo al lugar del encuentro. ¡Ah! Estoy ansioso por llegar, escuchar su voz, ver el brillo de sus ojos, su hermosa sonrisa y sentir suavemente el calor de sus lindas manos. ¡Después la despedida! Esa despedida que enciende el deseo de volver a verla.
Mañana nuevamente estaré puntual.
Mientras espero, pienso en mi salud física y emocional. Debo definir ésta situación y hablar claramente con ella.
Mi corazón sigue encantado con la magia de estos furtivos encuentros.
Sufro cada vez que ella mira, sonríe y atiende a otro caballero, mientras yo espero mi turno, en la fila de la panadería.
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Molinos de viento de Montmartre >> Maurice Utrillo., Francia, 1883-1955
Manny Martínez-Torres. Año 1977, día 6, con el clima divertido y los aires que en febrero visitan la ciudad de León, Guanajuato en el centro de México, llegó a ocupar el cuarto sitio como hija de una familia de ocho hermanos. Ascendencia de arraigo desde 1700, Padres tejidos a la antigua con espíritu de progreso, la guiaron por un camino independiente.
Desde muy pequeña su gusto por socializar, la llevó a ser una niña versátil, noble y adaptable. Comenzó a plasmar sus sentimientos en papel desde su adolescencia, sin embargo, guardaba para sí un torrente de sensibilidad.
Impulsada por diferentes maestros de vida, fue tomando valor para mostrar al mundo sus escritos. Finalmente, se permitió compartirlos, gracias a un tutor literario que se convirtió en inspiración y empuje para dar a conocer hoy día, la tinta de su corazón.
1 comentario
Me encanta la profundidad de la lectura, fascinante!