ESTRELLA SOBRE LA BELLA MAR

por Francisco Araya Pizarro

Cuando el mar resplandecía con tecnología avanzada, pero la esencia de las exóticas islas permanecía intacta, Rafiel Solís, conocido por las chicas y sus más cercanos como “Rafi”, era famoso en el jet set por dos cosas: su carisma irresistible entre las mujeres y su talento para desenmarañar misterios imposibles. Aunque trabajaba como investigador encubierto para una agencia secreta, en las calles del puerto de San Esteban lo reconocían por su porte elegante y su sonrisa despreocupada. A pesar de su apariencia de gigoló, Rafi ocultaba una mente analítica que lo había convertido en una leyenda en su campo. Su última misión no era sencilla. Había rumores de un artefacto misterioso descubierto en las profundidades del Atlántico, cerca de la isla. La pieza, según informantes, había sido extraída por el Consorcio, una organización clandestina que comerciaba con tecnología para propósitos militares. Si ese artefacto caía en malas manos, podría desatar un desastre no sólo para San Esteban, sino también para el mundo entero. Rafi revisó el archivo en su tablet mientras disfrutaba de un café en el puerto. Las olas golpeaban suavemente los muelles, pero su mente estaba lejos de la calma. La misión consistía en infiltrarse en una subasta secreta organizada por el Consorcio, identificar al comprador del artefacto y, si era posible, robar el objeto.

La noche de la subasta, Rafi se vistió con un traje de lino blanco impecable. Llegó al lugar, un yate lujoso atracado en la bahía. Usando su encanto característico, se mezcló con los asistentes, un grupo de magnates y traficantes de tecnología de todo el mundo. No pasó mucho tiempo antes de que sus instintos le alertaran. Había algo extraño en el ambiente, una tensión que iba más allá de una simple subasta. En un momento, el artefacto fue presentado: un cilindro luminoso que emanaba cierta energía y que parecía desafiar las leyes de la física. Antes de que Rafi pudiera actuar, un grupo de hombres armados irrumpió en la subasta, liderado por una mujer de cabello plateado y ojos fríos como el hielo. Se identificó como Zaria Lyn; según ella, venía de un grupo terrorista llamado “Vega Prime”. Alegó propiedad sobre el artefacto y que su energía podría destruir la estabilidad del mundo. La situación se tornó confusa, pero era el momento perfecto para que Rafi tomara el cilindro y escapara con él. Sin embargo, al tocar el objeto, una luz cegadora lo envolvió. Cuando recuperó la conciencia, ya no estaba en el yate, estaba en un paisaje completamente exótico: cielos de un azul intenso y aguas turquesas. Eran las islas cercanas al lugar donde se realizaba la subasta; a su lado, uno de los hombres armados lo estaba vigilando. Rafi había sido raptado por los Vega Prime.

En esa situación, se encontró nuevamente con Zaria Lyn. Aunque al principio lo trató con desconfianza, pronto se dio cuenta de que Rafi no tenía intenciones hostiles con ella y su grupo. Juntos descubrieron que el artefacto era una extraña batería de energía, algo nunca visto antes por la simple razón de que aún no había sido inventada; era del futuro, al igual que sus secuestradores… Esto abrió entre el investigador y la dama, un enorme abismo. Zaria declaró en aquella inverosímil conversación, que si no era devuelta a su lugar y época, el tiempo tendría peligro de colapsar.

A medida que conversaban, entendían que, al margen de que Zaria y su grupo vinieran del futuro, existía un objeto potencialmente peligroso. Zaria se sorprendía por la capacidad de entendimiento de Rafi a pesar de ser un hombre del siglo XXI. De pronto, el yate se detuvo y, frente a ellos, se abrió un portal tiempo-espacial, por el que el grupo de hombres cruzó cargando el artefacto; sin embargo, los últimos se quedaron a discutir la disyuntiva de que uno de ellos debía quedarse para manejar los controles del portal a bordo de un salón en el yate. Rafi entendió en seguida la situación, y dijo que estába bien, que los ayudaría, pero que necesitaba que le indicaran lo que debía hacer.

Zaria le enseñó los controles y qué debía mover. Cuando los últimos hombres cruzaron el portal, Zaria se despidió de Rafi  pero, en ello, el investigador giró una perilla del control antes de tiempo, haciendo que una luz cegadora inundara todo el ambiente. Horas después, Rafi despertó en una playa de San Esteban, un tanto desorientado, mientras una mujer desconocida lo atendía, diciéndole: “Fue una gran borrachera, tigre, parece que te tiraron del yate”.

Increíblemente, la chica tenía un gran parecido físico con Zaria. Pasados varios días, Rafi se presentó ante el cliente que le había encargado el robo del artefacto, y le contó la absurda historia del secuestro. Su cliente entonces, lo regañó hasta lo sumo, adjudicando que todo había sido producto de estar coqueteando con las mujeres y del alcohol. Cerca de ahí, un joven genio que trabajaba para el cliente de Rafi llevaba los planos de un innovador invento similar a la batería perdida, pero, al escuchar los gritos desde la oficina, se retiró esperando otro día para hacer la presentación.

.

IMAGEN

Mujer en la playa >> Óleo >> Guennadi Ulibin

Francisco Araya Pizarro nació el 15 de Diciembre de 1977 en la ciudad de Santiago de Chile, hijo de Eduardo Araya y María Cristina Pizarro, es Diseñador Gráfico, Artista Digital, Asesor Gráfico para ONGs ligadas a las Naciones Unidas, Community Manager y Escritor de Ciencia Ficción. Publicó cuatro libros en Amazon.com (Las Crónicas de Marte, La Gata Relámpago, Codei Humanitas y Lid), tres relatos suyos han sido incluido en antologías (Hoy Despierto, Un Horizonte Oscuro y Un Guardián en las Profundidades), sin olvidar su participación con su cuento estilo cyberpunk “Fragmentos del Éter” para el programa de Radio U.Chile “La fábrica de cuentos”. Muchos de sus cuentos están en diversas revistas literarias de habla hispana, también se pueden encontrar sus relatos cortos en www.tumblr.com/franciscoarayapizarro

Actualmente reside en Santiago de Chile, desempeñando su labor profesional como diseñador gráfico y escribiendo relatos que mezclan fantasía y tecnología.

TE PUEDE INTERESAR

Dejar un comentario