Casi pudiste, meterte en mí y controlarme así, hipnotizándome, no lograrás entrar de nuevo aquí. No más-Qbo.
– Línea de emergencia, ¿cuál es su problema?
– ¡Oficiales! ¡Qué vengan oficiales a la antigua fábrica K2!
– Señor, ¿está usted siendo atacado?
– ¡Qué vengan pronto!…
***
Recibí, como todas las mañanas desde que conozco a Abdiel, una llamada en punto de las 6:00 horas del día. No es que se trate de mi despertador personal, encontró en mi persona un amigo al cual confiarle secretos muy complejos. Trataré de ahorrarles tiempo, en este escrito, sobre la vida de Abdiel y centrarme exclusivamente en los terribles sucesos que acontecerán el día de mañana. De suceder cualquier situación anormal, tomen este documento como un registro científico de nuestros experimentos.
Abdiel es un chico como todos, sujeto a un terrible suceso a sus 17 años. Su hogar se incendió tras algunos experimentos realizados por sus padres, devotos estudiantes de la ciencia. Los padres de Abdiel no pudieron salir de su bóveda o sótano, al menos, no con vida. Ante tal pérdida, el chico tuvo que continuar su vida y sus estudios en la psicología. Cuando tuve la oportunidad de conocerlo, era un joven que solía tener muchos conocimientos acerca de la mente y sus funciones; siempre aplicado en cada clase. Superó a tantos profesores como pudo; apoyándose en algunas sesiones con especialistas en la materia, además de una asidua asistencia con decanos en la ciencia, incrementando sus ansias de saber.
Un día, durante una conferencia que di acerca del poder de la mente durante los sueños, Abdiel se acercó para felicitarme por ahondar en el tema y corresponder con algunas dudas que la temática expuesta aún generaba.
Dentro de mi exposición, indiqué las múltiples formas de sueño, aunque no quise ahondar en demasía en lo que solemos llamar “pesadillas”, ya que éstas requieren de sucesos negativos en el ser humano para llevarse a cabo. Abdiel estaba en desacuerdo con dicha referencia. Me contó sobre su incidente años atrás y que, desde aquel entonces, existe una forma antinatural que lo persigue en su estado onírico. Por distintos medios, trató de desaparecerla. Al principio, aquello no tenía una forma definida; pero, conforme “la cosa” adquirió fortaleza, fue formándose un cuerpo, extremidades, un rostro, identidad; tanto, que ahora cobra vida cuando Abdiel cierra los ojos.
La poderosa fuerza mental del chico, lo ha llevado a realizar distintos experimentos para contrarrestar a la criatura pesadillesca. Es hoy, cuando ha encontrado una posible forma de erradicarla.
Se negó a acudir con profesionales de la psicología o para-psicología, puesto que a su entender “aquella forma” no cobra vida fuera de su mente. El tomar pastillas para el sueño podría ser contraproducente, dice, ya que no sabe si aquella criatura en algún momento tenga el poder para siquiera hacerle daño.
El tranquilo chico que solía conocer en mi aula, participativo y conocedor, comenzó a transformarse en una entidad tímida, solicitando ayuda. Le prometí que juntos, encontraríamos una manera de borrar de sus recuerdos el incidente, el cual es la llama que otorga vida a la criatura o, en dado caso, hallar una cura para que deje de soñarla. Desde aquella tarde al volver a casa, tuve que realizar distintas investigaciones para ayudar a un colega de profesión. Debo reconocer mis actos, enfocados a investigar las pesadillas y encontrar una forma de manipularlas en aras de curar la mente de las personas, con tendencia a este tipo de sueños oscuros de forma constante, separando así, el poder de la mente y el de “otra dimensión”. Con todo este estudio, podría comenzar una nueva forma de visualizar la psicología, enfocándola al estudio de otros planos dimensionales a través de los procesos cerebrales, como un portal hacia esos mundos.
A pocas semanas de nuestro primer encuentro, Abdiel marcó un calendario y realizó notas de acuerdo a las apariciones de su “monstruo de las pesadillas”, al que, ni siquiera título o nombre había dado, evitando alguna conexión entre ellos que llevara a mi amigo a un colapso nervioso, parálisis del sueño o incluso a la muerte.
Desde el día miércoles, durante 2 semanas, la criatura apareció en los sueños de Abdiel, en distintos momentos, no existía patrón alguno para seguirlo. Cuando pudo despertar, anotó las horas en las que se manifestaba dicho ente. Solo en dos ocasiones, en cuanto volvió a conciliar el sueño, el monstruo ya lo estaba esperando donde se quedó su pesadilla, como si pausaras una película y al volver, continuara la acción de la misma.
Conforme avanzó el tiempo y realizamos análisis mensuales de las intervenciones de la criatura, no pudimos hallar patrón alguno. Cada día era distinto.
Consentí entonces, en generar una rutina distinta para Abdiel de forma diaria durante un mes, para observar si existiría cambio alguno en las interrupciones de sueño. Él debería adoptar distintas posturas por día o tratar de apegarse a ellas para saber, de alguna manera, si su comportamiento o estados de ánimo influyen en sus onirismos.
Extrañamente, los resultados arrojaron patrones complejos de seguir. Cuando Abdiel intentó estar feliz y sin afectación alguna, el ser apareció en más de una ocasión al volver de sus sueños. En la tristeza, escasas ocasiones apareció, inclusive, no se acercó tanto a Abdiel. Concentrándose en su trabajo, fue más perceptiva la criatura y no le persiguió de maneras simples, sino que complicó los caminos de salida de Abdiel en sus sueño, creando laberintos de terror en los que debía salir mi compañero para poder despertar.
En la anomalía de sentimientos o pensamientos, solo en una ocasión pudimos lograr esta situación, aquel ser se fortaleció por completo y mi compañero desarrolló un dibujo en el cual, la bestia tenía rostro, dientes afilados, dos cuernos saliendo de su oscuridad, al filo de sus extremidades, enormes uñas. Pero, la bestia descrita no lo atacó; se remitió a que observara una nueva forma y ahí se quedó, parado frente a él, sin dejarlo salir de su sueño, hasta que mi compañero pudo tomar el control y volvió al mundo real.
No había patrones, la bestia proseguía su camino, arrastrándose entre los sueños de Abdiel, a veces podía verlo, a veces solo sabía que él formulaba la pócima del trance en cuestión.
Una tarde en un café, Abdiel, mientras intentaba pensar en una forma de acallar a la bestia, golpeando como siempre la mesa con su dedo índice en repetidas ocasiones, me comentó un proyecto que tenía ganas de realizar, el cual requeriría de total silencio para la comunidad psicológica y científica de la universidad.
Antes de que me explicara su idea, comenté que podríamos realizar, con algún colega versado en estos temas y fuera de la ciudad, un experimento de hipnosis psicológica, buscando en alguna regresión, a dicha entidad. Se negó a hacerlo sin dar motivos, comentando que su idea sería mucho mejor. La idea comenzó completamente descabellada.
En esas noches de insomnio, Abdiel decidió ver una película llamada “Pesadilla en la calle del infierno”. El asesino de este filme, se aparecía en sueños a muchos jóvenes, asesinándolos uno por uno, hasta que una chica decidió terminar con él, despertando de forma abrupta cuando el asesino la tuviera sostenida en el sueño, trayéndolo al mundo real donde podrían hacerle daño y acabar con él de una vez por todas. Aunque al final esto no funciona, me reiteró, puede que para él si suceda.
Dentro de sus puntos, le dije que aquel ser malformado jamás le hizo o le ha provocado ningún tipo de daño, fuera del insomnio o algunos breves instantes de ansiedad, porque siempre ha golpeado la mesa con el dedo índice y se hace más remarcable cuando no puede probar un punto a su favor. Segundo: aquella cosa era producto de su imaginación, así que eliminarlo es cuestión únicamente de Abdiel. Tercero: la asistencia a una sesión de hipnotismo podría ayudarnos a saber en qué momento adquirió la habilidad de crear dicha criatura. Cuarto: era una película de ciencia ficción enfocada al horror.
Molesto, me pidió hacerme a un lado en caso de no apoyarle para la construcción de una máquina que pudiese evocar los sueños en la realidad. Quería ver eso, porque tenía frente a mí a un joven con hambre de éxitos importantes, quien nunca se detuvo para lograr sus objetivos. Acepté apoyarlo, así que pusimos manos a la obra en la construcción de dicho aparato, realizando diversas investigaciones con compañeros del ramo científico y de la ingeniería, para construir una máquina que leyera la mente y pudiese transmitir, de alguna manera, los sueños que esa persona tuviese al momento de estar en el proceso.
Continuará…
IMAGEN
Saturno devorando a su hijo >> Pedro Pablo Rubens., Alemania 1577-1640.
Jezreel Fuentes Franco (Lord Crawen) nació el 29 de Junio de 1986 en la Ciudad de México. Estudió Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica en el Instituto Politécnico Nacional; desafortunadamente, su pasión por la literatura y la música lo lleva a formar parte del taller de creación literaria impartido por el profesor Julián Castruita Morán y del taller de creación literaria impartido por el profesor Alejandro Arzate Galván. Participante de Concursos Interpolitécnicos de Lectura en Voz Alta, Declamación, Cuento y Poesía. En 2014 fue finalista del Concurso Interpolitécnico de Declamación. Participó en 4 obras de teatro de improvisación, las cuales fueron presentadas en los auditorios de la Escuela Superior de Ingeniería Textil y en el Cecyt 15. Ha realizado ponencias en eventos de “Literatura del horror” en el auditorio del centro cultural Jaime Torres Bodet. Publicó algunos trabajos para el portal electrónico “El nahual errante”. Actualmente, se desempeña como ingeniero de procesos de T.I.