Vagamos por una ciudad de sombras,
ambos nos colocamos el estigma de la cruz
para hacernos presión en la esperanza,
ya los perros han dejado de ladrar
porque en las calles
la muda tormenta se seca la piel de un sueño
torpe e inútil
.
las hemos pateado,
sí,
de hecho, hemos hecho de la calle
un ladrido que ha cesado
.
no podría ser de otra manera
el animal que está a dos patas
aún presiente el ritmo
y se baila la salsa en un festín de varias botellas al azahar
.
tendría que contar
que todo lo vivido ha hecho una ruta unidireccional con los sentidos
.
pese a la amnistía de una mala jugada,
siguen moviéndose en los dados de una mesa de mala muerte,
aunque más cercana a la retina que una canción vieja o pasada de moda
.
la moda de los mentirosos
se vuelve golpeteo en el ojo del augurio divino
.
aún
tenemos la necesidad de rezar a dios
porque tenemos fe
porque queremos seguir pensando en el mañana que no termina de llegar
.
podría hacer tantas cosas esta noche,
pero
por cosa mía
sigo intentando
.
intentando un mundo no postmoderno,
con una filosofía de ensayo programado
con la característica etílica y metodológica de una caricia
.
aquellos abrazos postergados
se besan directamente al hueso,
para recordar que no está tan lejos el cambio
.
olvídate de los colores,
ya no hay banderas
.
la patria se comunica con un estado oblicuo de consciencia y tiene a dios por delante,
.
sé justo con lo justo
a fin de cuentas, la morada estará dos veces cerrada y una abierta para no perder la costumbre de hacerse la difícil
.
ya me escribió un hermano que no quería ser mi amigo, porque sabría que valdría la pena luchar
.
él me dice qué no quiere seguir viviendo
y yo le digo que hace años que somos la bolsa de boxeo, y se ríe
.
aquella risa se cae a lágrimas por seriedad precisa
.
nos conocemos en la calle,
nos conocemos en la vida
.
arrancándonos las cicatrices
porque podemos hacer más, y lo haremos
.
piérdete en ese problema del sueño,
.
las aulas siguen siendo cárceles,
los niños juegan a ser adultos
.
pero no aguantan dos coletazos de la vida en su ruta de carne y fuego
.
no es para contradecirme
ni contradecir al mundo
.
pero
lo bueno viene en camino,
.
me sé la canción,
me conozco las pisadas
.
este camino es el mío,
apártate
y aprieta el gatillo.
.
IMAGEN AL EXTERIOR
El despegue >> Óleo >> Alex Stevenson Díaz
Frandys Oropeza (Coro, Edo Falcón, Venezuela, 1988). Escritor freelancer, poeta y ensayista. Licenciado en Educación, en Lengua, Literatura y Latín. Técnico Superior Universitario en Artes Audiovisuales, docente universitario en el área de Artes Audiovisuales de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM), excoordinador del PNF de Artes Audiovisuales en la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE), tallerista de escritura creativa y guión cinematográfico.